Y mientras ellos le buscan la vuelta
para ver de qué forma pueden arrebatarles una vez más el salario a los
trabajadores, nada se dice de las condiciones precarias en las que son
depositados los salarios docentes y estatales. Nada se habla de la
situación económica de los 558 mil trabajadores públicos que no sólo sus
sueldos han sido devaluados, tras la galopante inflación que va en
ascenso, si no que ahora viven una permanente incertidumbre por no saber
cuándo se depositan sus sueldos y dónde. En muchos casos, por un motivo
u otro, ya llevan más de dos meses de retraso en sus haberes. Y como
broche de oro, encima ahora, una importante cantidad de estos
trabajadores pasaron a pagar impuesto a las ganancias.
En estos días los trabajadores de la
obra social correspondiente a los empleados públicos de provincia de
Buenos Aires, IOMA, realizaron un paro, ya que les habían depositado el
aguinaldo como adelanto el día 20 de este mes, pero repentinamente les
llegó el anuncio que luego se los iban a descontar en el pago del mes de
junio. Y ahora salen a blanquear que los aguinaldos se pagarán en
cuotas.
El semejante manoseo por parte del
gobierno monopolista, no deja de provocar hartazgo. Ya que si bien no se
dan a conocer los datos fehacientes, todo el mundo sabe que hay plata
para los negocios y subsidios de las empresas monopólicas, para campañas
políticas, para los bolsillos de ñoquis y corruptos, etc, etc; pero
menos para los trabajadores.
Ellos caminan al filo de la navaja,
porque necesita exprimir a más no poder a los trabajadores y al pueblo
para sostener este sistema capitalista en estado de putrefacción. Pero
cuando la clase obrera y el pueblo irrumpen con sus luchas y
movilizaciones la plata aparece en cuestiones de minutos. Ése es el
único idioma que ellos entienden. Ésa es la violencia que este sistema
genera naturalmente contra toda la población.
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