La
salvaje devaluación del salario, objetivo central de las últimas
medidas políticas tomadas por el gobierno de los monopolios, ha puesto a
toda la clase trabajadora en situación de combate.
Su
creciente disponibilidad a la lucha, estado deliberativo y rápida
organización ha encendido las luces rojas de las alarmas de toda la
burguesía que ya pronostican, públicamente, un año de duros
enfrentamientos clasistas.
En
artículos anteriores decíamos que los próximos meses serán “de toma y
daca, de palo y palo” en el terreno de la lucha salarial.
De
inmediato han empezado a utilizar, como mecanismo de extorsión frente a
la ofensiva en la lucha salarial, las suspensiones “por falta de
insumos importados” como en tierra del fuego y las automotrices Fiat,
Renault, General Motor y Peugeot –ya un clásico y habitual mecanismo
para disputarse entre los burgueses, vía subsidios, prebendas y
exenciones, el excedente producido por todo el pueblo trabajador y
recaudado por el Estado–.
La
presión desde abajo ha condicionado a toda la burocracia sindical, que
se ha visto forzada a hacer como que “radicalizan” su discurso
metiéndose en un verdadero berenjenal de difícil salida frente a las
“modernas” funciones que le fueron asignadas por la oligarquía
financiera de control, coerción y represión de todo intento de lucha de
la organización independiente de los trabajadores por fuera de “los
canales institucionales” -léase sindicato- .
Uno
de los casos más emblemático, por patético, es el de Ricardo
Pignarelli, secretario general de SMATA –manifiesto fanático
cristinista- que por un lado, pretende que los trabajadores se coman el
sapo perdiendo de sus salarios todo lo que se comió la inflación el año
pasado y se arranque de cero con paritarias trimestrales. Y por otro
lado, en las terminales automotrices, manda a caminar las secciones a su
tropa de delegados serviles a controlar, perseguir y apretar todo lo
que se mueva fuera de los cánones empresariales, en medio de un ambiente
de furia creciente de los obreros que los hace asemejar a
perros caniches domésticos en medio del Kalahari africano.
“De
toma y daca” será la lucha este año y la unidad, organización y la
inteligencia y viveza que deviene de la misma, serán las ventajas de
frente a la burguesía y sus esbirros de turno.
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