En el marco del permanente asedio de
los pueblos andinos a la industria minera a cielo abierto, la “Asamblea
de Ciudadanos en Defensa de la Vida y el Agua” y pobladores de
Tinogasta, desde el 29 de enero llevan un corte selectivo e informativo
en el Paso Internacional San Francisco, sobre la ruta 60, cortando los
suministros y el acceso a los proveedores y a contratistas de la empresa La Alumbrera.
El día sábado pasado, un convoy de 12 camiones con abastecimientos químicos e insumos industriales custodiado por camionetas de la policía de la provincia de Catamarca gobernada por la kirchnerista Lucía Corpacci, con decenas de efectivos uniformados, con cascos, escudos, perros, bastones y gas pimienta, vio interrumpida su marcha por manifestantes que fueron atacados, sin mediar palabras, a “quemarropa” por los policías, que dispararon con itakas con balas de goma.
Como consecuencia del desalojo, varias
personas sufrieron lesiones de diversa consideración y tres jóvenes
fueron detenidos, pero a las pocas horas fueron puestos en libertad por
el repudio inmediato de diversas organizaciones comprometidas con la
causa antiminera ya que no hicieron esperar su movilización en
Andalgalá, Belén y en Mendoza, Córdoba, Tucumán y Jujuy.
Estos hechos de represión no son
aislados sino que son parte de la política de garantizar la continuidad
productiva de las empresas mineras que, junto a las operaciones de
represión, extorsión, aprietes, listas negras y compra de voluntades de
organizaciones “sociales” disfrazadas de “información para el consenso
social”, han caído con todos los aparatos del Estado en Catamarca y La
Rioja para “convencer” de las virtudes de la minería a cielo abierto a
los pueblos que rechazan esta industria asesina.
La heroica lucha de estos pueblos
continúa mientras sus vanguardias comienzan a transitar los caminos de
la unidad hacia la conformación de las herramientas políticas que
confluyan en el proyecto revolucionario en marcha.
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