En el medio de la profundización del descrédito y la desconfianza que todo esto genera, el gobierno de los monopolios “promueve”
la pesificación de las operaciones inmobiliarias, aunque nadie conoce
ni de cerca ni explica en serio, cómo lo resolverán. Sencillamente
porque es un nuevo manotazo, cáscara y más cáscara de una política antipopular.
Inmediatamente, los medios de la burguesía refieren la medida al devenir del “mercado inmobiliario” es decir, de los negocios inmobiliarios,
caldo gordo durante estos últimos años de una furibunda especulación,
debido al valor de venta en dólares del metro cuadrado y al costo de la
construcción (con fuerte carga de la mano de obra, es decir, salarios)
en pesos.
Señores: el problema de fondo respecto a
este tema y del que ustedes prefieren no hablar ni una sola palabra
tiene nombre y se llama VIVIENDA DIGNA.
El déficit estimado de viviendas en nuestro país ronda los 3.000.000
(en el orden del 30% del total de hogares). A esta situación debe
adicionarse un incremento anual del orden de 150.000 viviendas.
Por otro lado y según sus propios datos (estudio del BID sobre la vivienda en la región), en la actualidad más de un tercio de la población en nuestro país “habita” en viviendas precarias,
ya sea por los materiales con las que están construidas o por la falta
de servicios básicos, como agua potable, cloacas o electricidad.
Situándonos en los datos a nivel nacional y refiriéndonos a los servicios, casi el 25% de los hogares carece de agua corriente, el 28% de gas natural, el 36% de cloacas, el 33% de desagües pluviales, el 29% de pavimento, 27% está en terrenos inundables; son estos algunos indicadores irrefutables de la situación habitacional en la que nos encontramos.
De las 4.400.000 viviendas habitadas que
existen en la provincia de Buenos Aires, casi 700.000 son casillas y
ranchos precarios. Si se realizara una cuenta “de almacenero” estimando
cuatro personas promedio por cada vivienda, se verá que casi tres millones de personas viven hoy en esta condición de indignidad, sólo en esta provincia.
Otro dato no menor es que más del 80% de
las familias de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires “carecen de
los recursos” para acceder a una casa propia. A lo que hay que agregar
que el mercado del crédito hipotecario es de por sí insignificante por no decir inexistente, representando apenas el 11%
del total de operaciones que se concretan. Las entidades sostienen que
este año esa cifra será menor, porque se elevaron las exigencias para
otorgarlos, se achicaron los plazos y también los montos a “prestar”.
Los datos de Río Cuarto por ejemplo,
importante ciudad vinculada al negocio de granos en el sur cordobés, son
incontrastables: durante 2011 la superficie cubierta con nuevas
construcciones creció el 120% por ciento comparado con igual período del
año pasado, 200 edificios de más de seis pisos en marcha o con
solicitudes de autorización. Como contrapartida, el déficit habitacional
supera las ocho mil unidades y durante los últimos 10 años no hubo ni una sola inversión pública en viviendas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario