Los trabajadores tenemos que estar alertas. El “Comité de Competitividad”,
creado a instancias del gobierno nacional, se ha metido de lleno en las
negociaciones paritarias entre las cámaras empresarias y los gremios.
Este comité, encabezado por los “nacionales y populares”
militantes de La Cámpora, está supervisando directamente las discusiones
paritarias, incluso por encima de la autoridad de aplicación natural
que es el Ministerio de Trabajo, por lo que todo acuerdo que supere el
21/23% de incremento termina sin ser homologado por ese ministerio.
Así sucedió con las paritarias de la UTA y de la UOM, mientras que
otras, como la de UTEDYC, está sin homologar cuando ya se pactó con las
patronales del sector un 26% de incremento. Como está a la vista,
podemos afirmar que las “paritarias” están eliminadas o en todo caso,
que tienen un formalismo tal que nada resuelven . Un paso mas en el intento de recortar las libertades publicas y los derechos de los trabajadores.
Mientras desde el gobierno nos tiran
todos los días por la cabeza los controles con el dólar y los discursos
patrioteros; mientras la oposición denuncia que no se pueden comprar
dólares “libremente” y que no se deja preguntar a los periodistas, las
discusiones por la recuperación del salario trabajador están
condicionadas a la “sintonía fina” anunciada por la Presidenta a
principios de año.
Resulta así que, como siempre ha sucedido, las
empresas siguen viendo crecer sus ganancias millonarias y los
trabajadores somos los que debemos ser racionales y no atentar contra el
“modelo”.
Es gravísimo que esto esté sucediendo ya
que significa un atentado directo a los ingresos de las familias
trabajadoras, ingresos que cotidianamente se ven afectados por el
incesante alza de la canasta familiar que, con la inflación, se ven
reducidos a la nada. “No hay plata que alcance” es el
comentario obligado de cualquier conversación entre trabajadores; esa es
la realidad de millones de familias asalariadas del pueblo argentino.
Nunca mejor expresada la santa alianza entre gobierno, empresarios y sindicatos para atacar los derechos obreros.
El cambio ahora es el desembozado papel que está ejerciendo el Estado
de los monopolios para mantener a raya las demandas trabajadoras, lo que
significa un ataque político de ese Estado al conjunto del proletariado
argentino.
El ataque contra nuestros intereses es
político y va más allá del porcentaje salarial. Intentan redoblar la
superexplotación y así seguir aumentando sus tasas de ganancias y
disciplinar a las fuerzas del proletariado que han ganado terreno
concreto en la lucha cotidiana.
Resulta indispensable denunciar en cada
fábrica y centro de trabajo el papel que está ejerciendo el gobierno de
los monopolios (con la complicidad de los sindicalistas que pertenecen
abiertamente a las filas burguesas) para garantizar la tasa de plusvalía
a la burguesía monopolista, intentando que los trabajadores paguemos
los platos rotos de su crisis.
Además de la denuncia, debemos
seguir profundizando la organización por abajo en las filas proletarias y
fortaleciendo las organizaciones genuinas que han surgido en los
últimos años, para romper el cepo del techo salarial y para
enfrentar a esa alianza espuria. ¡Por ningún techo salarial! ¡Por la
derogación del impuesto a las ganancias!
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