No importan los mecanismos utilizados
por la burguesía, tampoco importa el escenario internacional y todas las
justificaciones que se puedan encontrar. El pueblo sabe que tras una
devaluación el “pato de la boda” lo paga él. El gobierno no puede aducir
crisis internacional ya que durante tantos de sus discursos la señora
Kirchner habló del cerrojo de nuestro país ante el embate que sufre el
sistema capitalista. ¿O no sabía que la economía estaba globalizada
desde hacía ya varias décadas?
Pero la vida sigue y la lucha de clases depara otras situaciones muy diferentes a las vividas.
La baja del salario que se está
produciendo de hecho por estos días en medio del cierre de varias
paritarias es el gran negocio que están realizando los monopolios.
Es muy cierto que los señores del poder
tienen varios mecanismos financieros para robar al obrero una gran parte
de su trabajo, pero en su esencia el robo que se perpetra es aquel que
no se paga estando al lado de la máquina y produciendo, con el
agravante de una moneda que se devalúa minuto a minuto.
Un dólar alto no es sólo castigo para el
pequeño ahorrista que quiere comprar dólares para refugiarse en él, en
todo caso el sistema nos pone sus titulares en ese sentido.
Pero cuando la moneda se devalúa quiere
decir que los productos son más caros, lo que pagamos por el consumo en
pesos hoy ya no alcanzan para el mes siguiente. Para el asalariado no
existe el ahorro, el salario cumple con la regla del capitalismo, sólo
alcanza para poder reproducirse, mal comer, vestirse, viajar, descansar
para volver al día siguiente al trabajo y producir. La vida de goce es
para los que más (dólares) tienen.
Los
monopolios con dólar alto o con dólar bajo siempre ganan, el pueblo con
dólar alto o con dólar bajo siempre pierde. Ésa es la verdadera
ecuación. Cuando el dólar está alto, entre otras
cosas, amenaza la fuente de trabajo, cuando el dólar está bajo se
“enardece” la explotación contra el obrero y la opresión a las mayorías.
Este es el sistema que nos ofrecen los monopolios, siempre perdemos.
Nuestro Partido entiende que lo que
está mal es el sistema, que no puede ser opción la “horca” o “la
guillotina”, ellos nos proponen una u otra cosa o como algunos
desfachatados dicen: “otra posibilidad no hay”.
La economía que nos proponen, junto a
sus estadísticas, reflexiones, “paradigmas”, análisis etc., es una
mentira de cabo a rabo. Todo está manipulado con el solo fin de la
ganancia y quieren que el pueblo vaya por ese sendero, que si le cree a
uno u otro. Del lado de las mayorías sabemos lo que no queremos, ya no
les creemos, desconfiamos con altura de todos los cuentos aunque debamos
convivir con ellos. Allí hay que ver la crisis con la devaluación del
peso. Entre líneas aparecen las verdaderas causas de los problemas
políticos y económicos de la burguesía. La lucha por una vida digna, por
un mejor salario, por la solución de los problemas sociales de todo
género no dejan estabilizar el despojo a nuestro pueblo y a nuestras
riquezas naturales y las dudas corroen los despachos oficiales y las
gerencias de los monopolios.
A esas variantes se le puede oponer la lucha por la dignidad del hombre.
Un camino diferente al que nos ofrecen.
Un camino que tenga claro no el andar del “dólar”, “si privatización o
nacionalización” o engañifas como nos tienen acostumbrados estos
bandidos. Se trata de luchar contra estos malandras e ir vertebrando la
lucha no sólo para detenerlos como se está haciendo, sino para producir
un salto en la acumulación de fuerzas políticas necesarias para una
revolución que ponga a los que generamos las riquezas al frente de la
nueva sociedad.
¡¡Esos son nuestros altos objetivos y vamos por ellos!!
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