miércoles, 4 de diciembre de 2013

Una reflexión sobre el capitalismo

El sistema capitalista ha nivelado a los pueblos del mundo hacia abajo.
El freno a las fuerzas productivas que producen las actuales relaciones sociales solo será posible desatarlas con revoluciones sociales que pongan en consonancia ambas premisas.
¿Qué queremos decir con esto?
Que el Hombre, principal fuerza productiva está en una sociedad que no puede realizarse como Hombre, que la causa fundamental que lo tiene aprisionado en su vida material y espiritual es que la propiedad de los medios de producción está cada vez más concentrada en pocas manos.
Para que el Hombre pueda entrar en la historia como Hombre se debe resolver esta cuestión, es decir que la propiedad de los medios de producción pase a manos de las mayorías que las han creado a través de una revolución social que derribe el gran muro de estancamiento y decadencia.
El capitalismo, en la etapa del Capitalismo Monopolista de Estado solo puede producir dolor a 7000 millones de seres humanos que habitan nuestro planeta, ya no es necesario hacer un desarrollo de los males del sistema capitalista, todos, absolutamente todos están a la vista.
Sin embargo lo dominante en el planeta sigue siendo el capitalismo, el cual está atravesando una época de convulsiones políticas y sociales de imprevisibles consecuencias. Esa dominación a manos de la oligarquía financiera se encuentra en su propio seno con profundas crisis políticas, el proceso de concentración económica y centralización de capitales declara guerras abiertas y solapadas en su propio seno que se vieron agudizadas a partir del 2008 con la caída de sistema financiero mundial en la cuna del capitalismo.
 Esas guerras a las que hacíamos mención son guerras interimperialista es por el apoderamiento de los mercados y por el proceso necesario de concentración que se está produciendo en forma acelerada.
La dominación de clase atraviesa una crisis política inédita que se manifiesta en esas guerras interimperialistas que se profundiza en el tiempo y que no tiene visos de solución, es decir un agravamiento en dar respuesta por un período histórico prudencial de imponer una facción de la oligarquía financiera por sobre otra como fue después de la segunda guerra mundial.
Todo, absolutamente todo está bajo el signo de esa crisis política y en los marcos de guerra interimperialista.
Pero… ¿Qué es lo que provoca este fenómeno histórico de gran trascendencia en la etapa de crisis permanente?
¿Por qué la oligarquía financiera en sus guerras de intereses esconde el verdadero motivo de su gran debilidad histórica? ¿Y en ello se unifican sin vacilaciones?
La crisis política de la oligarquía financiera es expresión de la crisis estructural de todo el sistema capitalista y se manifiesta en lo fundamental porque los pueblos del mundo y su clase obrera en particular de una u otra manera expresan que ya no quieren vivir como están viviendo, manifestándose de infinitas formas como infinitos son los sueños del Hombre de vivir una vida digna.
En este contexto histórico muy resumido existen avanzadas que van marcando claramente ese rechazo al sistema capitalista. Hay avanzadas de explosiones sociales, avanzadas que van ganando las calles y profundizan vacilaciones en la dominación de clases, avanzadas que se traducen  en luchas de conquistas económicas y políticas, avanzadas que en medio de ofensivas de la oligarquía financiera se reagrupan fuerzas políticas y sociales de lo más profundo del pueblo, avanzadas en fin que de una u otra manera ponen  al descubierto la crueldad del sistema capitalista.
Pero hay avanzadas que están poniendo sobre la mesa una vez más la idea de la Revolución Socialista.
Es decir ya no solo son avanzadas por saber lo que no se quiere que es la institucionalidad de los Estados Capitalistas con su diversidad de formas de dominación, sino que se comienza a introducir y como fenómeno de masas la lucha contra el poder de la oligarquía financiera y la construcción de un Estado Revolucionario que desate de una vez por todas las fuerzas productivas con las nuevas  relaciones sociales impuestas por la Revolución.
En nuestro país el problema de la revolución está a la orden del día, es una de las avanzadas  necesarias  que ayudarán en este torrente inmenso de aspiraciones de cambio que recorre el mundo a marcar un camino preciso de salida para la sociedad Humana planetaria.
Es imprescindible una revolución social que  imponga un cambio de las relaciones sociales, no se trata de “farsas revolucionarias”  que favorecen desde su fraseología poner muros desde el engaño al embate de las luchas populares. Los pueblos del mundo no estamos solos, avanzadas por la vida digna recorren los Estados pero hoy por hoy la salida es la revolución y en nuestro país se aporta decididamente en ese sentido histórico.
Estamos convencidos que en este sentido hay que persistir en la lucha política e ideológica contra la burguesía monopolista y sus séquito de ideólogos que han querido enterrar la idea de revolución socialista. Cada lucha, cada movilización, cada acción por más pequeña que ella parezca tiene que introducir de una u otra forma la idea de revolución. Hay una alternativa política de salida a la oscuridad que ofrece el sistema y desde esas confrontaciones que se están dando esa salida revolucionaria tiene que estar en manos de todo el pueblo.
Una avanzada entre tantas en el mundo de los pueblos explotados y oprimidos que pone sobre la mesa la vigencia de la revolución social.

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