“Aluar
informa que en horas de la tarde, se ha programado efectuar una
práctica de extinción de incendios en el predio de la planta de Aluar,
sector Semielaborados 2, frente a su Parque Industrial.”
Decía
el comunicado oficial de la empresa para enmascarar y desinformar a la
comunidad el contundente paro que comenzaba a desarrollarse por el
conflicto más duro del año en la gigantesca planta productora de
aluminio en Puerto Madryn, Chubut.
Todo
se inició cuando 200 trabajadores del sector de semielaborados
decidieron parar y bloquear uno de los accesos a la planta frente al
intento de la empresa de ajustar sus salarios con el quite de un ítem
conquistado hace 10 años.
Rápidamente
el paro se extendió al conjunto de los 2000 trabajadores de la empresa
extendiendo los reclamos a la regularización de adicionales en otros
sectores, el reconocimiento de tareas riesgosas y mejoras en el servicio
médico obligando al sindicato (Unión Obrera Metalúrgica) a ponerse a la
cabeza. No sólo se defendió lo que se tenía sino que, a la ofensiva,
los obreros ganaron otras conquistas. Como quien dice, a la empresa le
salió el tiro por la culata. La iniciativa con la que intentaban avanzar
se revirtió en retroceso.
Este
contundente freno y rechazo al intento de ajuste salarial se suma a los
realizados por los petroleros jerárquicos días pasados en la empresa
Chevron, recientemente llegada, por el incumplimiento de los convenios
laborales y a esas luchas debemos sumarle el contundente triunfo de los
docentes después de 75 días de paros y bloqueos a las petroleras.
Tal
como venimos diciendo, la debilidad de la burguesía tiene su expresión
opuesta en la fuerza de la clase obrera y los trabajadores que avanzan
con la firme actitud irradiada desde sus bases.
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