Los
acontecimientos sucedidos en Córdoba con el último paro de la policía,
nos muestra un panorama que se hace imprescindible resaltar para
comprender lo que pasó, pero, fundamentalmente, lo que sucede ahora y lo
que se viene. El conflicto de la policía cordobesa, en realidad, fue
empujado por el oleaje de conflictividad que surcaba todos los sectores
laborales de Córdoba, desde los trabajadores de fábricas (que bajo las
diversas formas, como paros, tomas de fábricas, trabajo a desgano,
trabajo a reglamento, reclamaban bonos extras o aumentos salariales)
hasta los trabajadores estatales. El más emblemático fue la toma de los
hospitales, mucho antes de que estallara el conflicto policial. De hecho
el mismo martes que se comienzan a dar los saqueos, se estaban dando 7
cortes de rutas que no permitía el acceso a Córdoba Capital; eran
masivos en apoyo a la lucha contra Monsanto en Malvinas Argentinas
acompañados de una movilización al palacio de justicia. En este contexto
estalla la huelga policial, y probablemente organizada y atizada por la
misma policía, salieron bandas de a cometer algunos saqueos; hecho que
se les terminó yendo de las manos, pues, masas de sectores marginales se
sumaron a esos saqueos. Lo interesante de esto es que a pesar del temor
que esto suscitó, el pueblo de Córdoba, pero sobre todo las barriadas
proletarias, tomó en sus manos la autodefensa de masas con las armas que
poseen; lo que significó un nuevo paso en la organización y
metodología. Esto es importante recalcarlo porque la burguesía, ni lerda
ni perezosa, a través de los medios que posee, sobre todo de
comunicación, intenta, vanamente, meterle más terror al pueblo. Frente a
esto, la respuesta y conducta, tanto en sus opiniones como en la
acción, de la clase obrera y el pueblo cordobés, es de un total
desprecio al gobierno provincial y nacional y toda la sarta de políticos
del sistema. La institucionalidad de la policía es vista como una
organización mafiosa pero que a su vez, al conseguir el aumento, el
pueblo cordobés llega a la conclusión de que la plata está y como
respuesta se vuelven a dar un sinnúmero de reclamos populares,
fundamentalmente en el tema salarial pero en un plano que a todas luces
se presenta superior, pues entre el odio y las nuevas metodologías
comienza a ponerse de manifiesto el problema insurreccional. El pueblo
cordobés está enojado y esto que paso no va a quedar así. De hecho, se
volvieron a retomar la toma de los hospitales, y a los gremios no les
quedó otra que convocar a un paro de 48hs. tanto en el sector salud como
en el sector educativo , así como en un sinnúmero de empresas vuelven
las oleadas de reclamos. La lucha de clases se tensa cada día y nuestro
pueblo profundiza un auge sostenido de la lucha, más allá de los
manotazos de ahogados y las mentiras que tiran los monopolios. Así están
dadas las cosas: mientras ellos armaban sus plancitos para aplicar un
tremendo ajuste contra el pueblo, la tenás lucha de éste les embarró la
cancha, les hizo estallar nuevas y múltiples contradicciones que coloca
en las contiendas que se avecinan a la clase obrera y al pueblo en un
clima extraordinario para las luchas presentes y futuras, fertilizando y
abonando el terreno para que se suba un peldaño más en la salida
revolucionaria, que ya resulta ser una necesidad urgente e imperiosa.
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