“Si no se queja, no se queje”.
Esta frase, si la comparásemos con los conceptos vertidos por la
presidente Cristina de Kirchner días pasados planteando, por ejemplo: “Hay
que comenzar a manejar nuestro poder de usuarios y consumidores”, “Es
el propio usuario y consumidor el que tiene que hacer valer sus
derechos”, podríamos decir, sin ninguna duda, que no existe ninguna diferencia ni de forma, ni de esencia, ni de época.
Así, entre la primera frase y las
vertidas por la presidente hay un punto de contacto indisoluble: la
defensa acérrima de los intereses de la oligarquía financiera. La
primera frase planteada en épocas de durísima represión, una de las vías
para dominar a la que recurre la burguesía siempre; la otra, planteada
en estos tiempos de democracia burguesa, donde el mecanismo de
dominación es la mentira. La frase de “Si no se queja, no se queje”, referida a la suba de precios, fue planteada por el Ministro de Economía Martínez de Hoz en la época de la dictadura.
Así, poniendo en blanco sobre negro ambas afirmaciones no son otra cosa que el mismo chancho en diferente corral.
Hoy, la inflación que tenemos, como en
aquella época de Martínez de Hoz, persigue un mismo objetivo: una
carrera de precios de arriba hacia abajo impuesta por los grandes grupos
económicos. Pero tanto antes como ahora quieren hacernos creer que la
inflación tiene un origen, vaya a saber de dónde, casi diríamos, una
abstracción; y se termina echándole la culpa a los pequeños
comerciantes, desde el verdulero hasta el carnicero o un kiosquero, para
concluir con la más absurda pretensión de plantearle a los
trabajadores, “con buena onda”, que los planteos salariales
(como afirmamos en la nota de ayer) no superen el 20%. La cuestión es
esconder de dónde surgió la carrera de precios. Entonces, apelando a la
más infantil de las maniobras (que no engañan a nadie) le quieren hacer
creer a la clase obrera y el pueblo que los responsables de la constante
suba de precios terminan siendo los propios trabajadores y el pueblo.
Pero lo que no se anima este gobierno es
a hablar claro, y a afirmar que ellos necesitan sostener un nivel de
salarios chatos porque es una necesidad de la ganancia de los
monopolios. No es tan rebuscado el asunto por más que economistas de
toda laya escriban largos análisis y discursos tratando de distorsionar
permanentemente y de confundir el origen de la inflación.
Señora Presidente, ¿para qué está en el
gobierno?, ¿Para gobernar para el pueblo? De ninguna manera. Usted es un
bufón del rey de las grandes multinacionales y los bancos. Es una
pieza, nada más, de toda la economía que maneja la oligarquía
financiera, y como buen bufón sale a decir estas mentiras que no engañan
a nadie. Nuestro pueblo no es tonto y sin ninguna duda va a seguir
luchando como hasta ahora para ir por sus reclamos. No necesitamos de
sus consejos. Ya en la nueva contienda salarial la clase obrera está
predispuesta a dar batalla para recuperar la depreciación salarial
impuesta por los monopolios, y le podemos asegurar que no hay nada de
buena onda en todo esto.
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