Cada
día son más frecuentes las noticias policiales (la más reciente, un
hombre apuñalado el sábado pasado en el puerto de Villa Constitución).
Las mismas dan cuenta del violento enfrentamiento y ajustes de cuentas
entre las mafias sindicales de distintos gremios por la disputa de los
“negocios” y los “favores” que “brindan” los monopolios del complejo portuario agro industrial exportador de la rivera del Paraná.
Mientras esto ocurre por arriba, los trabajadores de la empresa Servicios Portuarios (que opera las terminales 6 y 7), lanzaron una huelga a fines de diciembre pasado en las terminales graneleras del Puerto Rosario.
250 trabajadores (por fuera del
sindicato) iniciaron la medida por la reincorporación de 11 compañeros
despedidos, y en reclamo por violaciones a las medidas de seguridad e
higiene mínimas que requiere la actividad.
Además, por la falta de reconocimiento y
el pago de horas extras y francos compensatorios; el rechazo a las 12
horas de trabajo, de lunes a lunes, y un aumento salarial acorde con la actividad normal del puerto.
Las apretadas por parte de la empresa
hacia los trabajadores ejercidas por muchos de los jefes y supervisores
que están ligados al sindicato, deja en evidencia la connivencia entre ellos.
Los trabajadores denuncian que “hay
un elevador de granos que está siempre en riesgo de explosión y la
empresa no arbitra las medidas necesarias para evitar los accidentes.
Debido a la importante presencia de químicos en el lugar, si llegara a
ocurrir una explosión sería un desastre”.
En estos 35 días, la presión es
permanente. Tanto del ministerio de trabajo como de las fuerzas
represivas que desplegaron 130 efectivos de Prefectura en el lugar. “El
gremio (Urgara), bien gracias”, sólo está para enviar patotas y hostigar con armas de fuego y provocaciones en los bloqueos de los trabajadores.
Muestra de ello son las hipócritas y
amenazantes palabras del titular del gremio, Alfredo Palacio, cuando
dice a través de los medios: “No queremos que se reitere un caso como el de Mariano Ferreyra en la ciudad de Rosario”.
Pero la unidad y la decisión de
lucha de los trabajadores les han permitido rechazar la conciliación
obligatoria y sobrellevar las embestidas de la burguesía monopolista y
sus lacayos. “Hemos recorrido todas las instancias legales…
hasta que los dueños no tomen cartas en el asunto, vamos a seguir con
esta medidas”. Evidentemente, lucha sigue…
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