El viernes pasado, el gobernador de la
provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, recorrió el parque industrial
de Burzaco con los ministros Cristina Álvarez Rodríguez (Gobierno),
Cristian Breitenstein (Producción, Ciencia y Tecnología), y el
intendente Darío Giustozzi. La escusa fue “monitorear la ampliación” del mismo y declaró que se encamina a ser el más grande de la provincia. Además instó a los empresarios a hacer uso de las facilidades que ofrecen la cartera productiva y el Banco Provincia, “porque si ustedes crecen, hacen crecer a la Provincia y al país”.
El intendente Guistozzi, en tanto, le entregó la documentación
correspondiente a la Provincia para regularizar la segunda zona de
desarrollo del Sector Industrial que le dará seguridad jurídica a las 120 empresas que ya están asentadas y a las que están en construcción.
Traducido en otras palabras: más subsidios para los monopolios. Más
dinero para las empresas que explotan y contaminan la zona desoyendo
los reclamos que vienen haciendo los vecinos que se ven afectados por
las mismas con graves enfermedades, producto de los desechos no
tratados.
Dicho en otras palabras “vengan, inviertan su platita acá que nadie les va a molestar”.
Para los trabajadores y para los vecinos no hay “seguridad jurídica”
En la misma semana de las efusivas declaraciones del gobernador, más precisamente el día lunes, los trabajadores de la empresa Rexam (dedicada a la fabricación de envases de aluminio) mantenían un paro por tiempo indeterminado. El día miércoles los trabajadores cansados de esperar algún tipo de respuestas, se plantaron en la puerta de la empresa para hacerse escuchar.
El conflicto data de varios meses donde los trabajadores vienen
reclamando desde el año pasado el pago del adicional por jornada
nocturna, un aumento salarial, el pase a planta y la equiparación a la
escala salarial del gremio UOM de los tercerizados (pertenecientes a la
empresa Master Clean) que trabajan en la planta de Burzaco. Por los reclamos 15 obreros habían sido despedidos.
Luego de una audiencia en el Ministerio de Trabajo, la empresa tuvo que reincorporar a 15 obreros que habían despedidos por la lucha
que llevan a cabo hace tiempo. Además, la cartera laboral provincial
dictó la conciliación obligatoria. Los demás pedidos de los trabajadores
aún no fueron resueltos.
Queremos contraponer estas dos noticias para destacar el verdadero carácter del gobierno de los monopolios, ya sea nacional, provincial o municipal, como en este caso. Los mismos responden
a los intereses de las grandes empresas y no dudan a la hora de hacer
negocios poner a disposición todo el aparato estatal para explotar aún
más a la clase obrera y el pueblo.
Por otra parte la clase obrera hace
tiempo ya que viene dando luchas por mejorar su calidad de vida. De a
poco la vanguardia proletaria va unificando las luchas de la clase y
empieza a organizar su movimiento obrero revolucionario
que está caminando a lo largo del país, confrontando por medio de sus
organizaciones independientes, las políticas de las trasnacionales y sus
gobiernos.
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