miércoles, 27 de febrero de 2013

¡¡FRACKING = MUERTE!!

El año pasado el gobierno anunciaba como una de sus principales medidas políticas “nacionales y populares”, la expropiación del 51% de las acciones de Repsol, para quitarle de su control a YPF. Luego, rápidamente se supo que la supuesta medida de estatización, su verdadero trasfondo, radicaba en las aspiraciones monopolistas de las principales empresas petroleras en el mundo. YPF pasó a ser controlada por el Estado con la fundamental finalidad de entregarle los yacimientos de shale gas, como es el caso de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, a Chevron, una de las petroleras más importantes del conglomerado de los Rockefeller.
Las noticias de los medios de comunicación, permanentemente anuncian la marcha de las negociaciones y acuerdos de inversiones extranjeras para la explotación del gas no convencional en diferentes yacimientos del territorio de nuestro país. Pero nada dicen de los métodos necesarios para la explotación de este tipo de hidrocarburos, ya que son altamente contaminantes y nocivos para el medio ambiente.
Mientras que en todas partes del mundo, al igual que en la Argentina, los pueblos se movilizan para defender el territorio, el medio ambiente y la vida, y logran prohibir este tipo de explotaciones como en Francia, Bulgaria, Holanda, diferentes estados de Europa, la propia Estados unidos y diferentes países del mundo, por su alto riesgo contaminante y peligrosidad propensa a catástrofes naturales como sismos en los territorios, el gobierno Kirchnerista avanza en sentido contrario a los intereses los Argentinos, acompañando los intereses de la oligarquía financiera, entregando el territorio para despedazarlo en pos de los negocios monopolistas.
El método utilizado es el FRACKING, que su traducción en castellano es “fractura hidráulica”, que es utilizado para obtener un tipo de gas llamado shale gas, que no está en bolsas sino en pequeñas burbujas incrustado en la roca, a unos 2.000 a 3.000 metros de profundidad. Para sacarlo es necesario realizar una perforación vertical y luego, al llegar a la napa una perforación horizontal a la que se hace una serie de orificios y se inyectan enormes cantidades de agua, entre 7 y 15 millones de litros, mezcladas con arena y sustancias químicas a alta presión, de tal manera que la roca se fractura y las burbujas de gas quedan liberadas, de allí el nombre de fractura hidráulica.
Una enorme cantidad de sustancias químicas, aproximadamente 260, que se utilizan en la mezcla con el agua a presión, que son altamente contaminantes, cancerígenos y mutagénicos, de las cuales entre tantas, se encuentran el benceno conocido como potente agente cancerígeno. En diferentes estudios en EEUU, en varios pozos, se detectaron vapores de benceno que se elevaban desde las almacenadas  aguas residuales del fracking. En otros estudios encontraron en una granja de Dakota del Norte cercana a pozos de gas no convencional (shale gas) altos niveles de: Benceno, Cloroformo, Xileno, Tolueno, Butano, Metano, Propano, Sulfatos, Cromo y Estroncio (radioactivo), y en un análisis de sangre de dos granjeros aparecieron: Acetona, Arsénico y Germanio.
Por su parte el Instituto Geológico de EEUU, pudo comprobar la relación entre el fracking  y el acrecentamiento de terremotos en el estado de Colorado. Así mismo, también se detectaron terremotos producidos por el fracking en  Oklahoma, Ohio y en Inglaterra. En el caso de Oklahoma, en los últimos 30 años había entre dos y seis sismos por año pero en 2010, cuando comenzó este tipo de actividad, tuvieron 1.047 y optaron por suspender la misma”. Estos y otros estudios ya han comprobado la peligrosidad de este método aunque lo quieran ocultar, al igual que la contaminación por los químicos utilizados, donde muchos de ellos tienen grandes efectos invernaderos, como ser el gas Metano, pudiendo quedar entre las aguas residuales por varios años, contaminando.
Los yacimientos de shale gas en Argentina se encuentran en su mayoría en Neuquén, pero abarcan también partes de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, y se realizan exploraciones en otras partes del país como Mendoza y la Cuenca Chacoparanaense (que incluye a Misiones, Entre Ríos, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe, Corrientes, Córdoba y Formosa). Y para peor, estos yacimientos descubiertos y por descubrirse, coinciden geológicamente con grandes acuíferos que forman parte de las riquezas naturales de nuestro país, que no por casualidad hace a este negocio redondo, ya que  el agua es el insumo de mayor importancia para la “eficiencia” en la explotación de gas no convencional. Entre ellas se encuentra la Cuenca Neuquina, donde está Vaca Muerta (acuífero Zapala y cuencas de ríos norpatagónicos), la del Chaco-Paraná (acuífero Guaraní y ríos de la Cuenca del Plata), el golfo San Jorge (cuenca del río Senguer). De esta manera una vez más, se ven amenazados por la contaminación y el saqueo una de las fuentes de mayor riqueza de nuestro país que es el agua.
Un gigante negocio para los bolsillos de la oligarquía financiera, vuelve a ponerse por sobre la vida de los seres humanos. El alto precio del petróleo ha hecho rentable este tipo de explotaciones, más caras que las tradicionales. La Argentina tiene los terceros recursos más grandes del mundo de gas no convencional, después de China y Estados Unidos, según la Administración de Información sobre Energía de los Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), y fueron estimados en 774 billones de pies cúbicos (TCF), lo cual, al consumo anual de gas de 2009, que fue de 1,52 TCF, equivaldría a 509 años de consumo del país.

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