El
año pasado el gobierno anunciaba como una de sus principales medidas
políticas “nacionales y populares”, la expropiación del 51% de las
acciones de Repsol, para quitarle de su control a YPF. Luego,
rápidamente se supo que la supuesta medida de estatización, su verdadero
trasfondo, radicaba en las aspiraciones monopolistas de las principales
empresas petroleras en el mundo. YPF pasó a ser controlada por el
Estado con la fundamental finalidad de entregarle los yacimientos de
shale gas, como es el caso de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, a
Chevron, una de las petroleras más importantes del conglomerado de los
Rockefeller.
Las noticias de los medios de
comunicación, permanentemente anuncian la marcha de las negociaciones y
acuerdos de inversiones extranjeras para la explotación del gas no
convencional en diferentes yacimientos del territorio de nuestro país.
Pero nada dicen de los métodos necesarios para la explotación de este
tipo de hidrocarburos, ya que son altamente contaminantes y nocivos para
el medio ambiente.
Mientras que en todas partes del mundo,
al igual que en la Argentina, los pueblos se movilizan para defender el
territorio, el medio ambiente y la vida, y logran prohibir este tipo de
explotaciones como en Francia, Bulgaria, Holanda, diferentes estados de
Europa, la propia Estados unidos y diferentes países del mundo, por su
alto riesgo contaminante y peligrosidad propensa a catástrofes naturales
como sismos en los territorios, el gobierno Kirchnerista avanza en
sentido contrario a los intereses los Argentinos, acompañando los
intereses de la oligarquía financiera, entregando el territorio para
despedazarlo en pos de los negocios monopolistas.
El método utilizado es el FRACKING, que
su traducción en castellano es “fractura hidráulica”, que es utilizado
para obtener un tipo de gas llamado shale gas, que no está en bolsas
sino en pequeñas burbujas incrustado en la roca, a unos 2.000 a 3.000
metros de profundidad. Para sacarlo es necesario realizar una
perforación vertical y luego, al llegar a la napa una perforación
horizontal a la que se hace una serie de orificios y se inyectan enormes
cantidades de agua, entre 7 y 15 millones de litros, mezcladas con
arena y sustancias químicas a alta presión, de tal manera que la roca se
fractura y las burbujas de gas quedan liberadas, de allí el nombre de
fractura hidráulica.
Una enorme cantidad de sustancias
químicas, aproximadamente 260, que se utilizan en la mezcla con el agua a
presión, que son altamente contaminantes, cancerígenos y mutagénicos,
de las cuales entre tantas, se encuentran el benceno conocido como
potente agente cancerígeno. En diferentes estudios en EEUU, en varios
pozos, se detectaron vapores de benceno que se elevaban desde las
almacenadas aguas residuales del fracking. En otros estudios
encontraron en una granja de Dakota del Norte cercana a pozos de gas no
convencional (shale gas) altos niveles de: Benceno, Cloroformo, Xileno,
Tolueno, Butano, Metano, Propano, Sulfatos, Cromo y Estroncio
(radioactivo), y en un análisis de sangre de dos granjeros aparecieron:
Acetona, Arsénico y Germanio.
Por su parte el Instituto Geológico de
EEUU, pudo comprobar la relación entre el fracking y el acrecentamiento
de terremotos en el estado de Colorado. Así mismo, también se
detectaron terremotos producidos por el fracking en Oklahoma, Ohio y en Inglaterra. En el caso de Oklahoma,
en los últimos 30 años había entre dos y seis sismos por año pero en
2010, cuando comenzó este tipo de actividad, tuvieron 1.047 y optaron
por suspender la misma”. Estos y otros estudios ya han comprobado la
peligrosidad de este método aunque lo quieran ocultar, al igual que la
contaminación por los químicos utilizados, donde muchos de ellos tienen
grandes efectos invernaderos, como ser el gas Metano, pudiendo quedar
entre las aguas residuales por varios años, contaminando.
Los yacimientos de shale gas en Argentina se encuentran en su mayoría en Neuquén, pero
abarcan también partes de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, y se
realizan exploraciones en otras partes del país como Mendoza y la Cuenca
Chacoparanaense (que incluye a Misiones, Entre Ríos, Chaco, Santiago
del Estero, Santa Fe, Corrientes, Córdoba y Formosa). Y para peor, estos
yacimientos descubiertos y por descubrirse, coinciden geológicamente
con grandes acuíferos que forman parte de las riquezas naturales de
nuestro país, que no por casualidad hace a este negocio redondo, ya que el agua es el insumo de mayor importancia para la “eficiencia” en la explotación de gas no convencional. Entre
ellas se encuentra la Cuenca Neuquina, donde está Vaca Muerta (acuífero
Zapala y cuencas de ríos norpatagónicos), la del Chaco-Paraná (acuífero
Guaraní y ríos de la Cuenca del Plata), el golfo San Jorge (cuenca del
río Senguer). De esta manera una vez más, se ven amenazados por la
contaminación y el saqueo una de las fuentes de mayor riqueza de nuestro
país que es el agua.
Un gigante negocio para los bolsillos de
la oligarquía financiera, vuelve a ponerse por sobre la vida de los
seres humanos. El alto precio del petróleo ha hecho rentable este tipo
de explotaciones, más caras que las tradicionales. La Argentina tiene los terceros recursos más grandes del mundo de gas no convencional, después de China y Estados Unidos, según la Administración de Información sobre Energía de los Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), y fueron estimados en 774 billones de pies cúbicos (TCF), lo cual, al consumo anual de gas de 2009, que fue de 1,52 TCF, equivaldría a 509 años de consumo del país.
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