En
el día de ayer, los compañeros de la línea 60 –empresa en manos de la
prestataria MONSA- realizaron un corte de la Avenida Cabildo en el
barrio de Vicente López –puente Saavedra- reclamando viejas
reivindicaciones por despidos de compañeros y sueldos que no les pagan a
los delegados. El reclamo fue acompañado con denuncias relacionadas con
el funcionamiento de los ramales y el saqueo de los subsidios otorgados por el Estado a los empresarios.
En dialogo con medios radiales, uno de los delegados expresaba esta
realidad y ante la mediocridad periodística que sólo mantiene la
situación en el limbo (acentuando el espanto por lo que
sucede), el compañero expresaba que las empresas reciben 70.000 $
mensuales por unidad puesta a trabajar, y que MONSA (del plantel de 340
coches) saca solamente a trabajar 280. Agregaba que esta condición expone a los choferes a enfrentar cotidianamente el reclamo de los usuarios, que los usan como carne de cañón
y cara visible de la empresa, generándose situaciones de mucha tensión
en los trabajadores. El análisis periodístico acentuó la indignación en
el problema de “la economía argentina” quedando al desnudo con el
otorgamiento de subsidios. Previamente, frente a la consulta de que si
hubo denuncias previas por esta situación, los trabajadores responden
que sí y que la Secretaría de Transporte le aplicó una multa de 11.000 $
a la empresa.
Este “detalle” pasó desapercibido en la
entrevista, haciéndose eco en “la indignación” que se genera por el
corte de la avenida, el ruidoso reclamo y “el perjuicio” que se genera a
los usuarios… Ese fue el retoño con que se intentó cubrir el frondoso bosque de corrupción y desidia empresarial en absoluta connivencia con el Estado.
Sólo hace falta agarrar una calculadora y
multiplicar $70.000 por la cantidad de unidades que MONSA no saca a la
calle o sea 60… Esto es igual a: $ 4.200.000 (cuatro palos doscientos
mil pesos)… Maestro… ¿cuánto es la multa? 11 lucas… Con estos números,
MONSA y cualquier empresa que aplique la misma modalidad, tiene espalda para aguantar no una, cinco, diez o más denuncias de las que tengan ganas de hacerles.
Esto es lisa y llanamente un
robo a los millones de trabajadores que hoy viajan en las peores
condiciones de humillación a las que se pueda someter a un ser humano
mientras estos delincuentes se llenan los bolsillos.
Párrafo aparte merece la represión a la
manifestación de los compañeros, a quienes les expresamos nuestra total
solidaridad. No nos equivocamos en nada cuando decimos que este Estado es el Estado de los Monopolios.
No falta agregar ni un punto y coma más a hecho tan claro que
representa la estafa millonaria de la que este monopolio del transporte
es beneficiario, mientras que tres fuerzas represivas –Policía Federal
(que no tiene “jurisdicción” en provincia), Policía provincial y
Gendarmería- cerraron filas para reprimir a los trabajadores, que encabezaron un justo reclamo, mientras los empresarios se cagan de risa disfrutando de los billetes de los subsidios.
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