Mientras
el gobernador Jorge Capitanich, acorralado por la lucha de los
trabajadores y el pueblo y en plena campaña electoral, no para de
inaugurar “obras públicas” por tercera o cuarta vez y vender el humo del
“Chaco industrial”, industria de mano de obra intensiva nacida a la
sombra de la corrupción con subsidios millonarios y políticas de miserables salarios (en gran parte constituidos con los planes REPRO del Estado Nacional), el hambre, la miseria y la muerte recorren todos los rincones de la provincia chaqueña.
Pero entre otras tantas cosas que no
puede ocultar todo el circo electoral de la burguesía, es el calamitoso
estado del sistema salud vaciado de recursos, tanto en insumos como
humanos.
Días atrás, la permanente y casi
cotidiana ruleta de la muerte de la burguesía que le toca a cualquiera,
se paró en el Hospital de Pampa del Indio.
Allí, un recién nacido de la comunidad
Qom, falleció en el nosocomio, producto del mal funcionamiento del
equipo de luminoterapia, dejando al desnudo las terribles falencias
sanitarias.
El hospital funciona con un médico de
guardia por día, que se debe ocupar de la guardia general y del sector
de internación, no existe el área de Neonatología y debe dar respuesta a las necesidades de 7000 habitantes.
La comunidad frente a la muerte, el
hartazgo de los reclamos de ese mal funcionamiento del artefacto y el
intento del gobierno de inculpar a los profesionales médicos, montados
en ira se movilizaron al hospital denunciando que los únicos responsables son las autoridades sanitarias de la provincia, obligando a la burocracia sanitaria a bajar a su terreno.
Unas ves más, se reafirma que la única herramienta que tiene el pueblo para imponer sus derechos, es la movilización y la lucha.
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