Este es un invento de la gestión de Machinea que el actual gobierno sostiene a capa y espada, a pesar de que se autotitula “nacional y popular”. Es una medida sumamente reaccionaria considerar al salario como ganancia, lo cual confirma una vez más que el gobierno de Cristina Kirchner no es más que otra de las caretas con las que se presenta la oligarquía financiera que se empecina en llevar adelante sus planes de superexplotación, reducción del salario, expropiación de todos los bienes del pueblo, exprimir hasta agotar todos los recursos naturales del país y las vidas de sus trabajadores y población, y otras medidas reaccionarias a fin de sostener su tasa de ganancia y de incrementar la plusvalía.
Al límite de aumento salarial que el gobierno impone a las paritarias con el techo del 22 ó 23%, negándose a homologar los aumentos que superen dicho porcentaje, se le agrega el impuesto a la “ganancia” sobre el salario que también hace que los sueldos bajen. Pues los aumentos que se consiguen sobre determinados salarios van a ir a parar al pago de ese impuesto, dejando un vacío del mismo tamaño en el bolsillo del trabajador.
Es por esa razón que la lucha por salarios y contra las condiciones de superexplotación debe ir de la mano con la lucha contra el impuesto a las ganancias.
Y estas luchas debemos entenderlas como el rumbo que nos permitirá ir uniéndonos, transitando el camino, organizando las fuerzas, fogueándonos en el enfrentamiento de clases contra la oligarquía financiera hacia el objetivo de terminar con la explotación y el poder de la burguesía que nos domina.
Pues, de la misma manera que aumentan todos los precios de las mercaderías cuando no pueden achatarnos los salarios, la burguesía va a instrumentar otros mecanismos, hoy impensados, a fin de sostener sus niveles de ganancia para que ésta no pierda ni un centavo.
Romper esta lógica repetitiva de la lucha de clases es una tarea que estamos en condiciones de profundizar.
La burguesía monopolista que es la que dirige los destinos del Estado argentino con su gobierno de turno, está viviendo una profunda crisis política inmersa en un mar de contradicciones del que no puede escapar, pues cada medida que toma le es imposible disfrazarla de medida popular. Nadie puede creerle lo que resulta evidentemente lo contrario a lo que dice.
Por su parte, la clase obrera y las demás capas populares en general, han vivido en su propio cuero y en la misma generación, experiencias que en otros períodos históricos se acumulaban en dos, tres y hasta cuatro generaciones, dado lo cual, los niveles de maduración política de hoy, han hecho que las masas sientan como insoportable la actual situación.
La eliminación lisa y llana del impuesto a la ganancia sobre el salario debe ser un mojón más de la lucha por mejores salarios y condiciones de trabajo porque constituye uno de los nervios más sensibles de las masas trabajadores que debemos excitar para ir concretando la unidad de clase, y las organizaciones obreras y populares que se están desarrollando al calor de las luchas generalizadas que se dan a lo largo y ancho del país, y que debemos ir unificando en un solo haz con la fusión de las ideas revolucionarias que van prendiendo en el movimiento popular contra el enemigo común.
La libertad del ser humano sólo se alcanza cuando las personas asociadas en una tarea común son las que producen sus medios de vida y sus vidas mismas, y son esas mismas personas las que disponen de esos medios de vida y de sus vidas mismas. Pero la liberación comienza cuando diariamente se transita la lucha hacia ese objetivo.
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