Se ha conocido por estos días que Irán tomó la decisión de devaluar fuertemente su moneda, el rial. Tal medida es anunciada como consecuencia del embargo petrolero que llevan a cabo EE.UU y Europa sobre el gobierno iraní.
Otra noticia, no tan difundida, es que China resolvió, en el mes de septiembre, realizar los pagos por la compra de petróleo en yuanes, dejando de utilizar el dólar como moneda de intercambio. Al mismo tiempo, ratificó un acuerdo por el que Rusia se compromete a venderle todo el petróleo que China demande. China y Rusia son los dos países que más han rechazado el embargo al gobierno iraní, por lo que esta medida, como la de la devaluación del rial, debe ser vista en este contexto de la puja interimperialista. Lo mismo que la decisión del gobierno argentino de entablar negociaciones con Irán (con la excusa del tema AMIA), anunciada mientras simultáneamente el ministro de Vido realizaba una gira por Rusia para cerrar acuerdos de explotación petrolera.
China pagará con sus yuanes el petróleo que compre; esto significa que una parte importante del negocio petrolero mundial dejará de utilizar el dólar como moneda de pago. Si tenemos en cuenta que China es el mayor tenedor mundial de bonos del Tesoro estadounidense, que son en dólares, estamos hablando de un muy probable giro en esta política de compra de bonos para comprar petróleo, lo que implicaría una reducción significativa del mecanismo que usa el gobierno de EE.UU. para financiar su déficit, el más grande de la economía capitalista.
La devaluación de la moneda iraní debe ser vista en este contexto, ya que si Irán vende petróleo y recibe yuanes esa será la moneda que comenzará a utilizar para el intercambio.
Todas estas medidas, tan poco explicadas, son en apariencia menores pero tienen un significado que trasciende la decisión de tal o cual gobierno; son decisiones alentadas por la puja intermonopolista mundial, en medio de la crisis estructural que el capitalismo atraviesa.
Como telón de fondo de esas decisiones, en las que están entrecruzados intereses de empresas imperialistas y de los Estados que estas dominan, la lucha de los pueblos contra las políticas capitalistas crece y se desarrolla en cada rincón del planeta.
El capitalismo esta encerrado en su propia crisis y más todavía en el cerco que la lucha de clases le presenta, lo que agrava e intensifica la puja interimperialista mundial.
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