miércoles, 2 de enero de 2013

JORGE VILLALBA, OBRERO DE EPEN, ENLUTA A LOS TRABAJADORES EN ESTE FIN DE AÑO


Este trabajador cayó herido de gravedad luego de recibir una poderosa descarga de alta tensión de 132 KW en el paraje “La Porfía”. Según la empresa, producto de este hecho, se quedaron sin luz 13 localidades, y el argumento de la empresa es que Jorge Villalba recibió la descarga cuando intentaba llevar a cabo un sabotaje (suena conocida la justificación), acto reflejo de la burguesía cuando se corta la luz. De todos modos, de haber sido cierto (hecho que no estamos en condiciones de afirmar) el encuadre y causante que movilizó a este acto de sabotaje es en medio de una lucha por reclamos salariales que venían llevando a cabo los trabajadores de dicha empresa.
Más allá del hecho, las causas reales que llevan a la muerte de este trabajador debemos buscarlas en los orígenes, que siempre son los mismos: la explotación, las injusticias, la tiranía de los explotadores, que hacen todo lo posible para no escuchar y desconocer los reclamos de los trabajadores. Ésta es la burguesía que se llena la boca de democracia, pero cuando los trabajadores demandan por sus reclamos intentan hacer oídos sordos. Ponen todo tipo de trabas, y cuando la sangre llega al río se victimizan; pero en realidad son los verdugos de todos los males que nos aquejan.
Nos encontramos este fin de año y comienzo de uno nuevo (si es que importa) con este triste y doloroso hecho, para hacernos recordar y no olvidar que para los trabajadores y el pueblo no existe ni un minuto de tregua en sus sufrimientos. La muerte de un obrero en la lucha digna por lo que le corresponde así lo reafirma.
Habrá una familia con dolor y tristeza. No será tapa de todos los diarios nacionales Jorge Villalba pero siempre estará presente en el corazón de sus compañeros de trabajo porque, ¡ojo!, nadie está solo en esta empresa. Millones de argentinos cada día suben un peldaño en la lucha de clases buscando avanzar hacia una salida que pueda brindar a toda la clase obrera y el pueblo un país diferente, una vida diferente, donde las resoluciones de las necesidades y el quehacer diario no estén signados por la impunidad y violencia de una clase sobre otra con el distintivo de la ganancia y que tanto dolor nos provoca. Muy por el contrario, un país donde el hombre sea el epicentro de una vida digna de ser vivida, donde podamos erradicar para siempre la explotación del hombre por el hombre.

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