sábado, 6 de julio de 2013

No se puede tapar el sol con la mano


El viernes pasado, en esta misma página, publicábamos un artículo referido al pan, a lo que implica ese alimento en la Historia del Hombre. Historia en el más amplio sentido de la palabra. Días previos, denunciábamos también que mientras el precio de la harina se iba a las nubes, el gobierno nacional emitía deuda por el equivalente a 800 millones de dólares, (Bonos del Tesoro 2016), para ser suscriptos por molinos harineros en concepto de “pago de compensaciones”; lo que en criollo significa más subsidios para esos monopolios.
La burguesía monopolista y todos sus medios de desinformación, intentan meternos en una vorágine que sólo les sirve a ellos, para tratar de ocultar lo inocultable: la degradación permanente de nuestras condiciones de vida, y en particular, de la alimentación de millones de compatriotas.
El aumento del precio del pan es algo inaceptable, que pone al desnudo la verdadera cara antihumana de este sistema. En los últimos días hemos visto como el precio de un kilo de pan se disparó a $ 20 pesos, al mismo tiempo que una docena de facturas llegaba al piso de los $ 36 en muchos barrios. Y también vimos que al anuncio oficial de “pan para todos” a 10 pesos el kilo es sólo eso, un anuncio más, que no reviste ni un ápice de realidad.
Los beneficiarios de este nuevo mazazo a nuestros bolsillos son siempre los mismos. La tonelada de trigo en el Mercado a Término de Buenos Aires cotizaba en torno a los 500 dólares. Esto tuvo como “reflejo” inmediato que la bolsa de 50 kg. de harina se llegara a vender a 300 pesos. Hace menos de un año costaba 120 pesos. De esto a la suba del precio del pan hubo un suspiro.
Hay que recordar además que en el año 2009 (no en las épocas del “neoliberalismo”, en plena “década ganada”), el kilo de pan costaba $6, la bolsa de harina $45 y la docena de facturas costaba $ 9. Calcular los aumentos reales es un problema para un chico de primaria: 200, 300 y 560% en cada caso.
Excusas ponen millones… que se ha tenido la peor cosecha en más de 110 años, que no llegó toda junta y como esto es un flujo constante, cualquier desfasaje temporal genera faltantes y la...la…la… Importar trigo (que en el mercado internacional cuesta la mitad) hubiera sido un papelón político para el gobierno, así que “optaron” porque el aumento lo absorbamos los millones de argentinos, cada día.
Porque la verdad tiene un solo nombre: los beneficiados, nuevamente, son las grandes empresas del sector: Cargill, Molinos, Trigalia, Minetti, Cañuelas, Morixe, entre otros, que conforman un selecto grupo de monopolios que nuclean el gran porcentaje de producción que se realiza en el país.
Porque ya sabemos que los precios que suben NUNCA BAJAN.
Políticas de un Estado monopólico 100%.  En un país donde se producen alimentos para más de 300 millones de personas, definido alguna vez como “el granero del mundo", no poder acceder al pan, es un pecado imperdonable.

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