martes, 31 de julio de 2012

La acción autoconvocada socava la dominación monopolista

(Artículo publicado en la edición de El Combatiente Nº933, correspondiente al viernes 27 de Julio de 2012)
“Decíamos en el Análisis Político en el número pasado que era fundamental definir con precisión la época que estamos viviendo, qué situación concreta estamos transitando.
Para profundizar en este sentido, sintetizaremos primero el análisis anterior.
1º- La crisis de los monopolios. Una crisis fundamentalmente política, una crisis de dominación profundizada por el estado insurreccional de masas a nivel mundial, que le impide imponer, ya sea a través del engaño o de la violencia, sus nefastos planes, obligándolos a permanentes marchas y contramarchas.
2º- La rebelión obrera y popular. Una disposición a la acción masiva y directa, un protagonismo colectivo que desafía los marcos del control social, del parlamentarismo, de las negociaciones espurias, con auténticos ejercicios de poder.
Definimos que la clase obrera argentina, por el nivel de experiencia en la lucha y por la consolidación de organizaciones independientes de base está jugando un papel de vanguardia en la lucha de clases mundial, afianzando los caminos de la unidad entre los trabajadores y de estos con el pueblo.
Es este el aspecto que queremos profundizar porque es la punta de la cadena para ponerle nombre y apellido a la situación actual.

 UN SALTO EN LA LUCHA DE CLASES
 ¿Qué singularidades tienen el accionar de los trabajadores que los distingue de las luchas obreras anteriores? ¿Qué rasgos presentan sus manifestaciones?
El primer elemento que salta a la vista es su desconfianza. A la ya tradicional desconfianza a las mentiras y lamentos de las empresas y al estado “árbitro” en las disputas del capital-trabajo se le ha sumado una franca desconfianza a las gremios, confederaciones y a toda la camarilla sindical, visualizada como socios abiertos de las patronales.
En contraposición, el segundo elemento es la confianza. Confianza en las propias fuerzas, confianza en que con disciplina se pudo arrancarle las conquistas a empresas, Estado y sindicatos.
El tercer elemento es la base de esa confianza. La convicción que era posible las conquistas por la debilidad política de esa santa alianza, por sus contradicciones y vacilaciones.
El cuarto elemento es la forma de cimentar esa confianza. La consolidación de organizaciones independientes rompió el cerco de las demandas económicas tuteladas por el orden institucional, y con la metodología de la autoconvocatoria, los conflictos toman contenido político, ganan las calles, derriban el aislamiento, toman estado público y permiten avanzar en la unidad.
Estos cuatro elementos, la desconfianza a las telarañas de la institucionalidad, la confianza en las propias fuerzas, la determinación de cómo y cuándo golpear y la elección del terreno donde se libran las luchas son los rasgos más salientes del accionar de los trabajadores que dialécticamente, son ejecutados y profundizado por todo el pueblo.

EN LAS PUERTAS DE UNA SITUACIÓN REVOLUCIONARIA
 Cuando los de arriba ya no pueden gobernar como antes, porque los de abajo no están dispuestos a soportar esa situación, y las acciones de masas se extienden y masifican, estamos en las puertas de una situación revolucionaria.
Debemos ser muy claros y objetivos: cuando definimos situación revolucionaria no estamos diciendo ni que la revolución está a la vuelta de la esquina ni que está predeterminado que la situación desemboque por sí misma en una revolución.
Estamos diciendo que se ha abierto una brecha, que se ha movido el piso de la lucha de clases.
Los cuatro elementos que caracterizan la lucha obrera y popular fomentan el surgimiento de una nueva vanguardia, una vanguardia ávida de nuevos horizontes, de objetivos superiores a la hora de la lucha, que no se conforma con migajas y maquillajes, y persigue cambios verdaderos.
Esos cuatro elementos no son absolutamente novedosos. Han estado presentes en cada levantamiento obrero y popular a lo largo de nuestra historia, pero adquieren hoy una calidad superior, fundamentalmente porque superior es la dominación monopólica, no hay ni el más mínimo espacio para salir de su influjo, ni para plantear terceras posiciones.
La misma concentración monopolista empuja al conjunto del pueblo a la lucha en defensa de sus intereses y condiciones de vida, forjando en los hechos una unidad material y objetiva entre los trabajadores y el pueblo.
Esta vanguardia entonces está en condiciones de ponerse al frente no solo de la propia clase obrera. Está en condiciones de aglutinar políticamente a todas las fuerzas populares enfrentadas a la dictadura de los monopolios.
Este es el carácter más sustancial del momento político que estamos transitando:
La consolidación de una vanguardia obrera en el medio de un movimiento de masas dispuesto a la acción contra los abusos y privilegios de una minoría explotadora y opresora. Que este camino se profundice, que se funda en un solo puño toda la potencia transformadora es hoy la gran tarea que tenemos por delante.

La cosificación… aberrante metamorfosis de la política burguesa

La Cosificación consiste en degradar a seres humanos, transformándolos en cosas o mirándolos como si lo fueran. Pretendiendo privarlos de cualquier humanidad de espíritu.
En los últimos años hemos asistido a una acelerada “mutación” en el discurso político de todas las instituciones del Estado y el gobierno.  La incorporación explícita de la cosificación del sujeto y de la sociedad, ya forma parte de las peroratas de las cadenas nacionales de CFK, funcionarios, políticos y de la gruesa mayoría de los medios de comunicación de la burguesía.
Si bien la cosificación de los individuos es una parte esencial e inseparable en la génesis y desarrollo del capitalismo donde los obreros son un número que sirve para obtener ganancias para la burguesía, un engranaje renovable y recambiable y, por lo tanto, descartable, como bien queda plasmado en el film Tiempos modernos (Charles Chaplin, 1936) -un verdadero retrato de las condiciones desesperantes de la clase obrera- ésta , hasta no hace mucho tiempo, era omitida y esquivada por considerarse políticamente incorrecta en cualquier alocución, por más engañosa que fuese, pero que pretendiese encuadrar en el formal humanismo burgués.
Pero la decadencia del sistema burgués, su crisis política y de dominación en la actual etapa, capitaneada por oligarquía financiera, ha producido esta nueva y aberrante metamorfosis asumiendo los rasgos alienantes de la publicidad y el marketing.
En efecto, para ellos, los trabajadores y el pueblo somos un objeto, una  cosa, con una clara intención de degradarnos al nivel de meras mercancías, por lo tanto calificables, enajenables, apilables, comerciables y vendibles tal como en un supermercado de ofertas, pretendiendo despojarnos de toda humanidad.
Es así que para CFK, su gobierno “recupera la dignidad del pueblo” repartiendo netbooks, cosificando la dignidad, cambiándola por un mero objeto de consumo.
O que los problemas de “seguridad” no son tales porque aquí hay tal número de muertos pero en algún lugar del mundo hay más. Convirtiendo a los cadáveres en números, cosas, carentes toda piedad y derecho.
O que la educación de nuestros niños y jóvenes tiene que formar parte de la recuperación de la “cultura del trabajo” intentando transformar las escuelas en una mera cantera de nuevos engranajes numerado para su fábrica de ganancias, despojando así del derecho a toda la realización del individuo y la sociedad.
Frente a este ya habitual mecanismo dirigido a humillar y ultrajar a nuestro pueblo, comienzan a levantarse los cimientos de una gigantesca ola de dignidad que barrerá con la soberbia del ultraje y recuperará para los trabajadores y el pueblo un presente y un futuro lleno de humanidad proletaria y popular para las grandes mayorías explotadas y oprimidas en nuestra tierra.

Las automotrices en Europa, limitadas políticamente para afrontar la reconversión

La burguesía monopólica, en el escenario europeo, como siempre, construye un nuevo muro de los lamentos, porque frente a estas nuevas crisis que debe afrontar no contaba con la debilidad política en la que se encuentra y que no les permite avanzar en sus nuevos planes de reconversión económica, como ellos quisieran, sobre todo en el terreno de la industria automotriz, con el puro afán de achicar costos y obtener mayor plusvalía.
A pesar de que este año venderán 12,4 millones de vehículos en Europa, afirman que son 3 millones menos que en el 2007, a un 65% de su capacidad productiva (todo esto según ellos); y lo presentan como una catástrofe. Esto en realidad no es así porque sus verdaderos planes son centrar los esfuerzos productivos en Asia, África y América Latina donde el precio de la mano de obra es mucho más barato. Y ahí yace el tan pretendido “achicamiento de costos”.
Lloran, porque lo que imaginaban era una decisión política simple de cerrar plantas en Europa para avanzar en los continentes mencionados, se les está transformando en un infierno. Así, por ejemplo, lo afirma el Sr. Sergio Marchionne, CEO de CHRYSLER y FIAT “nunca vi una situación tan mala”; o los directivos de PEOGEOT que no pueden cerrar sus plantas porque la confrontación de la clase obrera es tan fuerte que les redujo políticamente todo tipo de maniobras. “Tus negocios son tus problemas, no los nuestros” plantean los obreros franceses en la huelga y movilización que se dio en estos días, al punto que PEUGEOT se vio obligada a tomar la decisión de reconvertir la planta de AULNAY en Francia. No saben qué van a fabricar, pero está claro que no les dio el cuero para dejar en la calle a 3.000 obreros por temor a lo que pudiera suceder.
Así están dadas las cosas. La clase obrera en Europa la tiene clara: “si ustedes generan las crisis, ustedes resuélvanlas”. Lo que expresa un argumento y antecedente más que la debilidad política de la burguesía se generaliza a nivel mundial, pues no sólo encuentran trabas sino que se sienten paralizados, en muchos casos como este, de poder afrontar sus planes como quisieran.

Desde la ofensiva de la clase obrera, hacia la unidad del Movimiento Obrero


Durante un tiempo atrás, fundamentalmente entre los años 90 y principios del 2000, los “intelectuales y politólogos” del capitalismo anunciaban por todos los rincones de nuestro país, que la clase obrera había dejado de ser sujeto de cambio, visto que había desaparecido como clase. Y parados desde tal afirmación pronosticaban el fin de las ideologías y la disolución de la lucha antagónica entre las clases.
Desde ya que tal afirmación intenta, hasta el día de hoy, desdibujar el papel histórico de la clase obrera en el mundo, para ponerle trabas al desarrollo de una salida revolucionaria a la destrucción humanitaria que significa el capitalismo como sistema político, económico y social.
Independientemente de la lucha entre las ideas revolucionarias y todo el arco del diversionismo ideológico, la realidad material es una sola, y los signos de ofensiva de la clase obrera en bastas luchas, terminan de enterrar tales afirmaciones.
Luchas como la de los petroleros en el sur del país, y como la de los trabajadores en el puerto de Mar del Plata entre otras tantas, nos van marcando el posicionamiento ofensivo que la clase obrera comienza a tomar en la lucha.
Si bien es cierto que en toda la población, también todos los días se desatan importantes movilizaciones ofensivas, como la lucha contra las mineras; contra la violencia y muerte a la población por hechos de inseguridad o gatillo fácil; por toma de tierras; por las reivindicaciones de los trabajadores del Estado; contra la desocupación; etc; etc, la ofensiva de la clase obrera, le imprime otra condición a la lucha de clases, porque enfrenta directamente al poder de los monopolios desde el mismo lugar en el que producen sus ganancias y a todas sus instituciones a su servicio, ahondando aún más la crisis de la burguesía y clarificando la posibilidad objetiva de golpear al verdadero enemigo de la población.
Asimismo, la clase obrera es la única clase que tiene la posibilidad material de acaudillar a toda la población bajo un proyecto político. Y es aquí donde comienza a aparecer nuestro futuro desafío. La unidad del movimiento obrero en todo el país es el principal desafío de la clase y sus destacamentos revolucionarios. Es decir, un proyecto político donde acumulen todas las luchas y conquistas que los obreros y el pueblo llevan adelante.
Mientras que la burguesía y el gobierno, con sus medios de comunicación, intentan tapar la realidad a través de la mentira y la desinformación, desde las bases de la clase obrera en las fábricas se va fortaleciendo el nuevo movimiento obrero, posibilitando las condiciones objetivas y materiales para el ascenso de un proyecto político alternativo y revolucionario.

viernes, 27 de julio de 2012

El impuesto a los “giles”

 
Unos cuantos años atrás  la burguesía llamaba a la inflación un impuesto a los “giles” y desde su óptica de dominación, denominar a los pobres como giles era muy común.
¿Cómo llaman hoy a quienes pagan el impuesto a las ganancias? Que los que más tienen ayuden a los que menos tienen. En definitiva nos tratan  de la misma manera…
Es decir un salario miserable que alcanza el mínimo no imponible paga el impuesto a las ganancias, es el de un trabajador que “más tiene” y debe “solidarizarse” con los que menos tienen. Mienten.  El impuesto a las ganancias tiene dos aristas fundamentales:
  • Bajar el salario
  • Subsidiar a las empresas monopolistas
Es un bocado de león que pretenden extenderlo a todos los trabajadores asalariados y denominarlo con impunidad “impuesto al trabajo”.
Es decir, no solo te castigo con salario bajo, malas condiciones de trabajo, pésimo traslado a mi actividad y te saco el futuro de una vida digna, sino que te castigo con un impuesto para que pagues el descalabro que provoca este sistema capitalista. Es una masa de dinero que va a parar al bolsillo en forma directa de quienes todos los días dirigen los destinos del país: los monopolios y su gobierno.
Sin embargo este intento por ampliar la franja de “pagadores”, también amplía la franja de luchadores.
Es en este sentido que la amplitud que adquiere el tema hace necesario reinstalar la lucha contra este impuesto. Hay una condición de protesta social abierta que debe exigir la eliminación lisa y llana de ese impuesto.
Nadie va a instalar este tema sino lo hacemos los trabajadores y sus fuerzas políticas enfrentadas al sistema, en ese impuesto injusto estamos incluidos quienes ya lo pagamos, los que muy pronto lo pagarán y en definitiva todos los asalariados, porque no nos dicen, porque no se animan, que en el mundo “todos pagan el impuesto al trabajo”… Y bueno, ¡así está el mundo capitalista!
Este impuesto no debe pasar…y debe ser un motivo de debate en cada lugar de trabajo, debe abrirse una gran compuerta de movilización y de unidad en torno a un tema tan candente para el trabajador y su familia.
No importa que los medios y todo el arco de la burguesía acallen el robo impune a nuestra fuerza de trabajo, nada podemos esperar de quienes impulsan esas leyes, decretos y resoluciones; pero sí depende de las grandes mayorías y los revolucionarios dentro de ellas, instalar el tema como estandarte de la lucha.
Instalar quiere decir que en cada sector de trabajo, en cada lugar concreto en donde pasamos horas explotados y oprimidos, promovamos una movida que agite el tema, que provoque un estado de movilización y que sea capaz de organizar fuerzas que están a la vuelta de la esquina con las mismas inquietudes. Se hace necesario poner todas las fuerzas posibles en tensión, los jóvenes de las barriadas tienen que salir a pintar las calles, tirar volantes, explicar por lo que sus padres, amigos y vecinos están luchando y organizándose por este tema. Desplegar todos los caminos de unidad en un punto tan fundamental para la vida de cada argentino.
¡Tener en la mente que el impuesto no pasará!
Es un elemento político movilizador, de unidad y abarcativo, que a la vez, acelerará el fortalecimiento de las fuerzas materiales para los cambios revolucionarios, que impongan definitivamente una sociedad en donde el trabajo en función de la sociedad libere al hombre de  impuestos, que sólo favorecen a los que más tienen.

¿Qué entendemos por organización política en todos los niveles?

Primeramente entendemos que la organización política en todos los niveles, al igual que la vida está en permanente movimiento, no hay fórmulas ni manuales que puedan definir la riqueza de una organización política.
Las organizaciones políticas no nacen de la nada, todas ellas están impregnadas de la organización social para producir, o sea, de cómo en cada momento del desarrollo de la sociedad se encuentren las relaciones sociales para producir.
En la actual etapa del capitalismo la propiedad de los medios de producción están en pocas manos, mientras que las fuerzas productivas (en este caso el Hombre) solo tienen de riqueza sus manos. Es decir, la gran mayoría de los argentinos somos desposeídos de los medios de producción y sin embargo con nuestra fuerza de trabajo generamos todas las riquezas.
Esta lucha que se entabla cotidianamente entre los propietarios de los medios de producción y los que solo tenemos la fuerza de nuestro ser, se llama a grandes rasgos, lucha de clases.
Los dueños de los medios de producción, los dueños del poder dominante, la clase burguesa para entablar una despiadada competencia por las ganancias con otros propietarios de los medios de producción están obligados a socializar la producción, es decir necesitan involucrar a los trabajadores en esa guerra por los mercados. Cuanto más se socializa la forma de producir, cuanto más se encuentren métodos cada vez más trabajados en equipos, en grupos en definitiva más y más sociales, esas guerras entre los propietarios de los medios se dirimirá a favor de los que mejor resuelvan esta socialización.
Los poderosos socializan la producción pero cada vez tienen más riquezas en su poder, es decir cuánto más socialización para abajo más y más nos roban.  Allí en ese punto los capitalistas no solo no socializan sino que establecen los Estados para legitimar el robo al trabajador.
Todas las expresiones de lucha y organización vienen teniendo esta impronta, la de la socialización en la organización para el enfrentamiento, esa es una experiencia que  se puede observar en luchas  en donde la organización que se adopta es la extensión de lo que hacemos cotidianamente en nuestros trabajos.  Nuestro pueblo inserto en una producción cada vez más social, a la hora de la lucha y el enfrentamiento va adoptando esa vida cotidiana que tiñe todo su andar.
La lucha con una metodología autoconvocada tiene ese signo y se enriquece a partir de la experiencia de nuestro pueblo, de su práctica. En sí misma es muy rica, muy amplia y de diversidad de formas. Subestimar  esa fuerza arrolladora es subestimar la fuerza revolucionaria que anida en las grandes mayorías cuando a diario golpean las huestes de la oligarquía financiera.
Lo fundamental de la etapa no es INVENTAR organizaciones por fuera de la lucha, en todo caso lograr que toda esa lucha, esa elevada concepción de organización social para la lucha se vuelque a la lucha por el poder, hacia un camino de revolución. Esas organizaciones políticas y metodologías recorridas son las instituciones de la revolución, hay que profundizarlas y pensamos que ese es el carácter que deberemos darle a una etapa de ofensivas de masas.

jueves, 26 de julio de 2012

Negocios para las empresas y palazos para los trabajadores


Como ya lo hemos señalado en más de una oportunidad en diversos artículos publicados, en ningún caso, ni cuando se estatizaron ramas enteras de la economía, ni cuando se “privatizaron” las mismas, el Estado burgués jugó o juega un papel “neutral”. En uno y otro caso (de acuerdo a lo que le convenga en cada momento histórico), siempre el Estado monopolista es de los capitalistas, por lo que las decisiones acerca de sus funciones económicas estuvieron, están y estarán siempre al servicio de su clase.
También hemos denunciado en infinidad de ocasiones la trampa que implica el mecanismo de las “tercerizadas”, muy utilizado por la burguesía en las más diversas actividades, para precarizar el trabajo y achatar los salarios.
En este marco, se conoce recientemente que en los cinco primeros meses del año, el “déficit” de Aerolíneas Argentinas marcó un nuevo récord desde que está bajo la órbita “estatal”: demandó 13 millones de pesos por día, un 64,7% más respecto al año anterior. (Anteriormente estaba en $5,32 millones diarios en 2010 y en $7,32 millones diarios en 2011). La cifra total que el Ministerio de Planificación envió a la línea aérea entre enero y mayo de este año fueron casi dos mil millones de pesos. Los datos surgen de la propia Secretaría de Transporte y la empresa.
Todo este dineral aparece bajo el nombre de “subsidios”, que no es otra cosa que la disposición de los fondos públicos que “administra” el Estado, pero que generamos con nuestro trabajo millones de argentinos.
Así como se dilapidan en el grupo de empresas que reúne Aerolíneas Argentinas, en busca de los innumerables y prósperos negocios que a nivel global genera el aerotransporte de pasajeros; se hace con diversas empresas vinculadas a las más disímiles ramas de la producción, bajo el falso argumento de “generar trabajo argentino”.
En este marco también, son diversos los reclamos de los trabajadores. Hace quince días retumbaron por todos lados las medidas de fuerza de los controladores aéreos, por mejores condiciones de trabajo y denunciando el colapso del Aeroparque, por groseras fallas de seguridad.
En el día de ayer, trabajadores de la empresa High Assistance Services (HAS), que prestan servicios de vigilancia, control de equipaje y asistencia de pasajeros para Aerolíneas y Austral (bajo el signo de la “tercerización”), cortaron ambas manos de la Av. Costanera frente al Aeroparque, reclamando mejoras salariales. Un comunicado de los trabajadores señala que “Nuestra situación es desesperante ya que cobramos un básico de 3100 pesos y trabajamos en condiciones insalubres y de alto riesgo, y el único ofrecimiento que ha realizado la empresa es un vergonzoso 8 %,  equivalente a 248 pesos.”
 “Estas empresas cobran fortunas por el servicio que prestan y le dan limosna a sus empleados, y esto no es de ahora, es histórico, te lo digo con conocimiento de causa”, nos decía un trabajador.
Frente a ello, el gobierno “nacional y popular” de Cristina Kirchner envió a la guardia de Infantería de la Policía Federal, quienes avanzaron reprimiendo a los trabajadores para que desalojaran la avenida, y dejando a varios de ellos golpeados.
Existen denuncias públicas que señalan que el verdadero dueño de HAS es Adolfo Donda Tigel, piloto de la Fuerza Aérea actualmente detenido por participar de los vuelos de la muerte y, entre otros crímenes, responsable de haber entregado a las fuerzas represivas a su hermano y a su cuñada embarazada, apropiándose de su sobrina. Peculiar forma esta del Gobierno, a la hora de  defender los derechos humanos…
Los medios de la burguesía (inclusive los “enemigos” acérrimos del gobierno) demostraron una vez más que en las cosas importantes están todos del mismo lado, titulando “Golpes entre manifestantes y policías en una protesta frente a Aeroparque”… para ellos,  no hubo represión a un reclamo justo…
Una vez más, prevalece la violencia del sistema, sin importar por supuesto que el acuerdo salarial correspondiente al año pasado esté vencido desde hace siete meses (luego de pasar por 17 audiencias y varias conciliaciones sin ninguna respuesta favorable).
Los trabajadores señalan que “por todo esto se ven obligados a profundizar las medidas de lucha y convocan a todas las organizaciones de trabajadores y a todos los trabajadores aeroportuarios, a un encuentro para solidarizarse con su lucha y decidir entre todos los pasos a seguir”.

miércoles, 25 de julio de 2012

El avance de la lucha condiciona las medidas del gobierno burgués

Esta semana hizo exactamente nueve meses de aquel 23 de octubre de 2011, día en el que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue reelecta con el 54% de los votos.
Desde esa fecha hasta hoy pasaron las manifestaciones contra la Ley Antiterrorista y la instalación de una base yanqui en nuestra provincia del Chaco; las manifestaciones en contra de las mineras que vienen a llevarse nuestras riquezas y a dejar muerte y desolación en centenares de poblaciones de nuestra cordillera; una tragedia como la de Once que quitó la vida a 51 compatriotas que una mañana iban a sus trabajos como todos los días, lo que despertó la indignación de la mayoría del pueblo argentino; miles y miles de luchas salariales, por mejores condiciones de trabajo, contra despidos y suspensiones y por la derogación del impuesto a las ganancias sobre el salario; movilizaciones y puebladas contra la inseguridad; la lucha estudiantil secundaria renovó sus reclamos en conjunto con el cuerpo docente y las familias.
Estas, y otra infinidad de luchas por los reclamos más sentidos de la población, han sido las que han condicionado cada una de las medidas del gobierno, aun después de haber “arrasado” con más del 50% de los votos. La movilización de masas tiene raíces mucho más profundas que la circunstancia de un gobierno, que puede ganar una elección para luego verse absolutamente a la zaga de lo que la lucha de clases dictamina cotidianamente.
Así se ha visto esta semana, cuando el gobierno nacional “decide” renovar la ayuda financiera a las provincias, sobre todo a la provincia de Buenos Aires. Los medios del sistema destacaron el cambio del gobierno desde una perspectiva absolutamente formal, siempre analizando las peleas “por arriba”. Lo que nadie ha dicho es que esta medida vuelve sobre los pasos de cortar la ayuda financiera en los marcos del ajuste que el gobierno decidió implementar ni bien ganó la elección y que, en definitiva, se ha visto impedido de realizar, tal como lo tenía planeado y necesitaba hacerlo, por el sostenido y ofensivo accionar de las masas populares.
Este es un problema político trascendental para los de arriba, que se cuidan muy bien de no hacerlo notar; así es que ninguno de sus sesudos analistas escribe o dice una palabra sobre esta realidad que la lucha de clases impone, limitándose a presentar las cosas entre contendientes individuales como Cristina vs. Moyano, o Cristina vs. Scioli, etc.
Para los de abajo, que los de arriba no puedan gobernar y esquilmarnos como ellos quisieran es nuestra principal arma; y de eso debemos tomar cuenta para la pelea de todos los días. En la medida que afrontamos cada lucha concreta en pos de un objetivo inmediato, tenemos que seguir profundizando la pelea de fondo que es la pelea contra el sistema y todos sus gobernantes, asentados en que la lucha de clases está expresando la enorme debilidad política de la burguesía y la enorme fortaleza política de la clase obrera y el pueblo.
La ofensiva de masas que expresa la lucha de clases cotidianamente, debe ser la misma ofensiva para afrontar la construcción de las herramientas políticas que pongan sobre el tapete la lucha por el poder, la revolución como salida verdadera a los mil y un problemas que este sistema putrefacto nos presenta. Las condiciones para avanzar en la unidad que ponga en primer plano la acción de masas, que en todos estos años de lucha ha venido consolidándose, son enormemente favorables para los trabajadores y el pueblo y tenemos que aprovechar al máximo esta situación para que la salida revolucionaria actúe como un horizonte claro para los millones de argentinos que ya han expresado que así ya no se puede seguir viviendo.

¿El interés individual es superior al interés social?

La forma en que está organizada la producción en la sociedad capitalista, para la obtención de ganancia, hace que el interés individual sea superior al interés social, tal como ocurre en nuestro país.
La legislación vigente y la justicia burguesas se fundan en esa concepción individualista. Todo parte desde el individuo hacia la sociedad. Se dice “mi derecho termina cuando comienza el derecho del otro”. La fórmula nos dice: llego hasta donde el otro me deja. Confronto con el otro, compito con el otro. El otro no es mi socio, es mi competidor.
Hermosa fórmula que confirma la preeminencia del individuo por sobre la sociedad como si el individuo fuera lo primero y el conjunto humano subordinado a sus intereses y aspiraciones.
Hasta allí lo que nos inculca como cultura la sociedad capitalista. Lo que nos viene desde la cuna y nos acompaña hasta el cajón.
Esta lucha entre individuos, luego se traslada a la lucha entre sectores. La burguesía es mandada a hacer para sacar a relucir estos “valores” cuando las papas le queman. Entonces salen los voceros ilustrados a decirnos que un conflicto no puede ni debe lesionar el interés de los que no participan del mismo. Por eso cuando hay un corte de calles gritan “¡no deben obstaculizar mi libertad de transitar!”, cuando hay una toma de fábrica “¡no pueden cortar la libertad de trabajo!”, cuando se apaga una cámara de filmación o no sale un diario por un conflicto de trabajadores, dicen “no pueden coartar la libertad de expresión”, y así, cada vez que hay alguna traba para sus negocios o intereses de clase, salen con grupos a sueldo a intentar mostrar un enfrentamiento entre sectores de trabajadores o con sectores del pueblo.
Eso hicieron en Mar del Plata cuando un grupo de sindicalistas del SOMU se enfrentaron contra los trabajadores de la pesca que vienen luchando por aumentos de salarios y mejoras en sus condiciones laborales desde el mes de abril de este año, y que la prensa presenta como un enfrentamiento entre SOMU y SIMAPE.
El incremento de las luchas y la nueva fase que estamos transitando prevé que estos conflictos se irán presentando cada vez más frecuentemente y con mayor intensidad en donde la burguesía intentará por todos los medios presentarlos como contradictorios entre sí, como que una medida de un sector popular va a afectar al resto de la población y entonces repetirá: “¡esto es una lucha de pobres contra pobres!”, con la intención de aislarla y desprestigiarla.
Pero, los trabajadores y pueblo en general, saben por experiencia, intuyen (la intuición es parte del conocimiento de la vida), y tienen claro que esa forma de presentar las cosas que tiene la burguesía en donde priorizan los intereses individuales y sectoriales por el interés de todo el pueblo, tiene patas cortas pues está basada en una gran mentira y el ocultamiento de una gran verdad.
La mentira es que los hombres no construimos la sociedad a partir del individuo sino que el individuo se forma en sociedad y por lo tanto, para resolver los problemas que sufrimos en nuestra propia carne no hay otra forma que unirse entre semejantes para resolverlo y caminar hacia adelante tal como le hemos hecho siempre las mayorías populares en nuestra historia, y lo venimos haciendo en la producción de nuestro sustento y nuestras propias vidas y a través de las luchas y la autoconvocatoria que se profundiza a cada día.
Y la verdad oculta es que la famosa libertad del individuo y el respeto a su integridad sólo se da entre burgueses ya que a diario, la libertad de comer, tener su casa, poder transitar, poder informarse, educarse, tener acceso a una salud, en suma a una vida digna, está totalmente cerrada y es una imposibilidad para las grandes mayorías populares a causa del impedimento que significa no contar con los medios para hacerlo ya que esos medios están en manos de una ínfima minoría que pertenece a lo más concentrado de la burguesía: la oligarquía financiera. Y esos medios no están destinados a satisfacer las necesidades y aspiraciones del conjunto social sino a los negocios individuales o grupales de esa casta.

lunes, 23 de julio de 2012

Se abren nuevas puertas en el enfrentamiento con la oligarquía financiera


El pretendido ajuste de cuentas lanzado a fines del pasado año por el gobierno de los monopolios contra las conquistas de los trabajadores y el pueblo que vienen alcanzándose desde el 2001, ha tenido en los 7 últimos meses a la vacilación como particular rasgo de la política burguesa.
Las marchas y contra marchas han sido la conducta de la burguesía frente al activo rechazo del aumento de tarifas de servicio de transporte, luz, gas, y el ilusorio techo del 16% para la discusión salarial del 2012.
Los discursos para la implementación de tan salvajes medidas a través del engaño han tenido variados argumentos; desde el argumento “progre” de que la “emergencia excepcional abierta con la crisis de 2001 terminó” y por lo tanto “ya no hay motivos para mantener la política de subsidios por el éxito del modelo” hasta que “la crisis del mundo se nos cayó encima”,  todas han ido a parar al basurero frente al rechazo y la movilización de los distintos sectores afectados profundizado su crisis política y agudizando sus contradicciones .
En lo que va del presente mes la burguesía ha sufrido 2 importantes derrotas. El pretendido recorte por parte del gobierno nacional en las remesas a las provincias para el pago del aguinaldo a empleados públicos que cayó por la decidida movilización y paro de los trabajadores de la provincia de Buenos Aires y la contundente conquista salarial de los policías rebeldes de Santa Cruz luego de 19 días de retención de servicio y autoacuartelamiento.
Más allá de las múltiples consecuencias en la superestructura burguesa del repliegue político en este enfrentamiento que, sin ninguna duda, significará mayor crisis;  lo cierto es que estos acontecimientos abren nuevas puertas en el enfrentamiento del pueblo contra la oligarquía financiera.
La mantenida lucha por el salario de todos los trabajadores, más allá de algunos acuerdos paritarios truchos que se tejen por arriba, recibe nuevos aires de aliento.
El retroceso en el pago del aguinaldo y la conquista del 66% de aumento salarial de la policía santacruseña  se presentan como el “sí se puede” alimentando la decisión de lucha de todos los trabajadores y el pueblo.

Triunfo de la policía en Santa Cruz – LA LUCHA DIGNIFICA


El contundente triunfo del conflicto de la policía de Santa Cruz, no es un hecho más en la historia de nuestro pais. Tiene un significado extraordinario que llevará, por un lado, sin dudas, a una seria reflexión a la burguesía monopólica; y, por el otro, en el movimiento revolucionario que se está gestando, debemos prestarle una atención de excepcionalidad, porque ayuda tremendamente a comprender en qué marco nacional se encuentra la lucha de clases en el momento actual.
Signo claro de un estado de ánimo que despunta y afirma que se ha instalado un auge y ofensiva de masas que llegó para quedarse, generando condiciones para superiores y enérgicas luchas y movilizaciones de la clase obrera y el pueblo que ponen sobre el tapete de la historia las aspiraciones y necesidades urgentes por parte de nuestro pueblo de cambios que vayan más allá de todo lo vivido hasta ahora.
Pero nada es casual o desolgado. Si tomamos en cuenta la intensa lucha de los petroleros en Santa Cruz, que ya lleva más de dos años, y que no afloja, la irrupción de la clase obrera en la escena política ya es una realidad que, como la humedad, cala hasta los huesos de todos los sectores de la sociedad. Y así podremos enumerar o enmarcar, los cien días de lucha de los pescadores en Mar del Plata, y un sinnúmero de enfrentamientos donde el proletariado argentino con sus luchas (a pesar de ser silenciadas) convidan al resto a salir a pararse firmes en los más diversos reclamos; lo cual, al mismo tiempo, hace ver que la clase obrera no está sola; y esto retroalimenta su combatividad, organización y unidad por abajo, y la búsqueda de una salida revolucionaria.
Qué verdad tan profunda y contundente la frase que reza: “La lucha dignifica”. Así lo demuestra el conflicto de la policía de Santa Cruz, pues salir por sus reclamos desde la movilización y el paro con masividad y democracia directa, cuestionando sus cúpulas corruptas y reglamentaciones que aún perduran desde la época del fascismo sostenidas por estas democracias hasta ahora, nos muestran a las claras un conflicto de carácter político que supera largamente lo estrictamente económico. Esto es político con mayúsculas, porque los diversos sectores del pueblo, provengan del sector que provengan, comienzan a sentir a su caudillo natural que empieza a inclinar el péndulo de la correlación de fuerzas a favor de todo el pueblo contra la burguesía monopólica.
* La reducción de la joranada laboral a 48 hs semanales, la modificación del rango del pago de horas extras, horas adicionales, y la cobertura de guardias internas o externas durante los fines de semana.
* El QUITE de normativas que regula el funcionamiento de la policía decretada y sancionada durante la dictadura militar aún vigente.
* Ningún despido o sancionado por el conflicto.
* Ningún descuento.
* Ninguna causa penal.
* Un aumento salarial donde la hora pasa de $ 15,60.- a $ 21, 10.-, que significa un 35,26% a partir de julio.
A partir de enero la hora a $ 22.-, es decir un 41,03%.
A partir de marzo de $26.- la hora, lo que hace un total de 66,67% de aumento.
Esto es lo que se consiguió de la mano de la lucha de masas y de manera autoconvocada.
Si esto está pasando en lo que se supone son las estructuras estatales que supuestamente deben custodiar y garantizar los intereses de los monopolios, no lleva a otra cosa que afirmar una vez más lo que venimos sosteniendo: que su crisis política es de carácter estrucutral e irreversible, lo que nos debe alentar a redoblar los esfuerzos para sacar adelante la alternativa revolucionaria que, indefectiblemente, necesita y demanda la lucha de clases en este momento.

Un comentario de un obrero….



…cuando quieras te pongo al tanto, la idea es que no se haga nada sin consultar a los operarios, tuvimos un reclamo por una piezas malas y algunos salieron a hacer adivinanzas, yo hice reuniones, plantee el problema, todos opinaron sobre el tema, ahora estoy realizando un seguimiento con ensayos y la semana próxima vamos a dar respuesta a la fallas y a las soluciones…
En este comentario de un obrero de la industria autopartista de nuestro país se podrían abrir diversidad de temas políticos e ideológicos, uno más importante que otro.
Tomaremos un aspecto que nos interesa que es la fuerza motriz de nuestra revolución.
Las guerras intermonopólicas desatadas con furia en los últimos años son producto de una feroz competencia. La misma está dada, entre otras tantas cosas, por profundizar la productividad y achatar el salario para obtener más ganancias.
El comentario expresa que para avanzar en la productividad, los monopolios necesitan que los operarios, cada vez más calificados, incorporen su conocimiento, experiencia e inteligencia a la producción, requiere que el proceso productivo se socialice cada vez más y para ello achatan las pirámides, es decir necesitan que dentro del predio todos produzcan.
Por un lado los monopolios necesitan incorporar a la “familia” de la empresa a quien con su fuerza de trabajo genera la mercancía, el producto terminado, necesita de esa socialización, del trabajo mancomunado y por otro lado la empresa se “apropia” de toda esa riqueza material y espiritual. Le roban las ganas de trabajar cuando a fin de mes el salario es miserable, y además se lo caracteriza de “ganancia” aplicándole un impuesto totalmente injusto.
Esta contradicción es insalvable para el capitalismo. Lo que genera un freno al desarrollo de las fuerzas productivas y lo convierte en un sistema de atraso.
Se produce por millones y millones de dólares y los salarios y las condiciones de vida se hacen cada vez más miserables.
Los dueños del poder, en este caso el Estado de los monopolios y sus gobiernos nos dan un doble mensaje. Por un lado para tener las ganancias fenomenales y competir con otros monopolios, “somos capaces e inteligentes”, recurren en todas las esferas a nosotros los trabajadores, pero por otro lado y desde la cuna, en las escuelas, universidades y pasando por todos los niveles de educación, de manipulación de los medios informativos, nos dicen que los trabajadores en general y los obreros en particular somos incapaces para gobernarnos.
Según esa idea, si no se tiene un título universitario no se es capaz, o también que para hacer política “hay que saber”.
Les aterra el hecho que nos dispongamos a dirigir los destinos de una nación, de asumir la dirección política, porque saben que esa riqueza lograda con el sudor de 40 millones de argentinos iría a parar a 40 millones de argentinos y no a unos pocos recaudadores y parásitos. Una revolución social se potenciaría como una sociedad avanzada en el mundo, rompiendo definitivamente la expropiación que los monopolios hacen de nuestra fuerza de trabajo y dirigiéndola para el bienestar del Hombre y de la Naturaleza como una misma cosa.
Nosotros somos optimistas en este proceso revolucionario porque se está peleando en todos los rincones y porque en esa frase que citamos al principio está plasmada la base de la nueva sociedad. Es a partir de esa socialización alcanzada para producir y con la presencia de la política y las ideas de la revolución, que estamos en condiciones objetivas de avanzar más rápidamente al desenlace por la lucha por el poder.
Todos los procesos de unidad política de la clase obrera y de nuestro pueblo en función de la revolución no pueden estar ajenos a este nivel alcanzado de la producción en el amplio sentido de la palabra. La autoconvocatoria es una metodología que se corresponde con esa avanzada para producir, más involucramiento, más organización, más democracia, más calidad de participación de masas.
Lo que requiere de hecho una amplitud capaz de contener la inteligencia y fuerza material  para concentrar el golpe contra el Estado de los monopolios y sus gobiernos y erigir una nueva sociedad basada, entre otras cosas, en una socialización de los principales medios de producción que rápidamente ponga en punta el bienestar de nuestro pueblo generador de todas las riquezas.

El impuesto a las ganancias sobre el salario quieren aplicarlo a todos los trabajadores


Todas las medidas del gobierno en relación al impuesto a las ganancias apuntan directamente a engrosar la lista de trabajadores que pagan el impuesto, a tal punto que llegue el momento en que no quede un solo trabajador de este país que no ponga de su bolsillo una parte de su salario a la suculenta caja que recauda de forma arbitraria e injusta, el cobro de un impuesto al salario de los trabajadores argentinos. Hoy se recauda por ese impuesto, según los datos que pudieron obtenerse de los que maneja el gobierno: $ 1.800 millones. Esa cifra da cuenta de la verdadera intención, ya que nadie puede imaginarse que estarían dispuestos a dejar de recaudarla.
Con el verso trillado y descarado de “sacarle a los que tienen para ayudar a los que menos tienen” intentan justificar esta metida de mano en los bolsillos, para incrementar una gran parte de la recaudación fiscal, que tiene como principal destino, seguir sosteniendo los altos niveles de subsidios a los monopolios. Que dicho sea de paso el verdadero lema debería ser el de: sacarle a los trabajadores para darle a los que más tienen.
La política del gobierno de los monopolios tiene como objetivo fundamental achicar cada vez más los salarios reales de los trabajadores. Para lo cual han incrementado los niveles de inflación de los precios en el costo de vida, devaluando de esta manera el poder adquisitivo de los salarios. En este mismo sentido los aumentos salariales que han pactado los sindicatos con el gobierno, no se condicen en lo más mínimo, con la inflación real. Por lo tanto, desde aquí, es donde a partir de la relación entre aumento de inflación y aumento de salarios, se produce ya, un importante desfase en desmedro de la calidad de vida de los trabajadores, donde el salario tiene un mínimo incremento, pero la carne se eleva por arriba de $40 el kg, la yerba por arriba de $30 el kg, los fideos por arriba de $10 y así todos los artículos de primera necesidad más todo lo que una familia necesita para vivir y que sigue en ascenso permanente.
La inflación es uno de los principales zarpazos a nuestros salarios pero, no conformes con esto, en el mismo marco de la relación del elevado crecimiento inflacionario y con los bajos incrementos salariales, una gran masa de trabajadores han pasado a cobrar por arriba del piso del mínimo no imponible, y se los ha incorporado al pago del impuesto a las ganancias. Y de esta manera  2.000.000 de asalariados, se encuentran alcanzados por el impuesto. Para dar un ejemplo de esto hoy más del 40% de los docentes ya pagan ganancias.
De esta manera, hacia fines del 2008, estaban registrados para el cobro del impuesto a las ganancias, aproximadamente 600.000 trabajadores. A mediados del 2010 la cifra ya subía a 1.200.000 asalariados, y hoy, mediados del 2012 ya alcanza a 2 millones (de los cuales 250.000 fueron incorporados recientemente). Como se puede ver, el incremento es progresivo, y apunta en escala ascendente.
Ahora la nueva intentona de garantizar el impuesto viene de la mano del engaño, donde los medios de comunicación salen a vociferar que en nuestro país se paga menos ganancias que en otros, y que en realidad aquí está mal llamado, porque en los otros países donde se cobra este impuesto se lo llama directamente impuesto al salario. Es decir que de esta manera como que no pudieron esconder la verdadera esencia del mal llamado impuesto a las ganancias, ya que los trabajadores no tenemos ganancias, y por lo tanto no nos podrían cobrar un impuesto a algo que no tenemos, ahora quieren imponerlo directamente  como un impuesto al salario de forma arbitraria, al igual que lo hicieron con el IVA, que pagamos todos los argentinos.

jueves, 19 de julio de 2012

1976-19 de Julio-2012: Mario Roberto Santucho y la lucha por el poder para la clase obrera y el pueblo

El día 19 de Julio del año 1976, caía en combate nuestro Secretario General histórico, Mario Roberto Santucho, junto con Domingo Mena y Benito Urteaga, todos ellos miembros de la dirección partidaria; y las compañeras Liliana Defino y Ana Maria Lanzilotto de Mena, importantes cuadros de la organización.
Santucho y todos aquellos revolucionarios, expresaron la rebeldía y se negaron a vivir sometidos, a ver un país rico -con recursos y riquezas tan importantes- para pocos.
El apellido Santucho intenta ser vedado al pueblo, porque con su acción y ejemplo enfrentó al poder; un político revolucionario con el objetivo de cambiar “el orden” establecido por la burguesía. Cambiar el poder de las minorías por el poder de las mayorías.
Por eso lo recordamos como parte de nuestra vida cotidiana, luchando por una sociedad justa. Miles de hombres y mujeres que han tomado sus ideas revolucionarias y caminan las fábricas, los barrios, las escuelas. Desde las entrañas del pueblo, una y otra vez, se sacuden los corazones, una y otra vez nos volvemos a levantar en cada protesta, frente a cada injusticia. En cada acción contra cualquier acto de impunidad del poder, está ese latido revolucionario.
El Robi está presente en cada escenario de lucha, en donde las mayorías se rebelan una y otra vez; porque al espíritu revolucionario que hay en nuestro pueblo no han logrado enterrarlo.
Y allí es donde nuestro homenaje se renueva cada día, cuando emergen desde lo más profundo del sentimiento popular, todos aquellos que de una u otra manera levantan su figura; aspirando a una vida mejor, alzándonos contra toda explotación y opresión, denunciando el engaño que pretende imponer el poder, demostrando que ya no podrán callar el tronar de nuestro pueblo.
Mario Roberto Santucho, un revolucionario que nos enseñó a confiar plenamente en la construcción colectiva del partido revolucionario desde la óptica de la clase obrera, en la que su acción esté asentada en la lucha por el poder.
El mejor homenaje que los revolucionarios le podemos hacer hoy, es continuar esa lucha por la emancipación de los pueblos y la liberación definitiva del Hombre; por la Revolución, por el Socialismo.

miércoles, 18 de julio de 2012

Los capitales de la droga: capitales y punto


Las noticias sobre el lavado de dinero proveniente del narcotráfico y otros negocios “ilegales” en el banco HSBC, dan una muestra clara de cómo funcional el sistema capitalista.
Mientras los funcionarios y banqueros se rasgan las vestiduras y sermonean discursos inflados de moralina, lo que se revela es que los multimillonarios negocios que se hacen con el narcotráfico, la venta de armas, el tráfico de personas, etc. son parte intrínseca del movimiento de capitales a nivel mundial, por el que los bancos del sistema terminan siendo, indefectiblemente, los que “lavan” ese dinero para que así se continúe con el proceso de concentración y centralización de capitales a escala planetaria.
El mismo senador norteamericano, Carl Levin, presidente del subcomité que dio a conocer la denuncia, declaró que este tipo de casos “levantan profundas dudas sobre el sistema bancario internacional”. En realidad, más que dudas lo que se levantan son precisas certezas acerca del papel que juegan los bancos en el lavado de dinero.
Si el capitalismo es capaz de arrasar regiones enteras, sin importar la muerte de miles de seres humanos ni la irracional explotación de los recursos naturales, ¿se le puede pedir que “controle” el origen de los capitales? Pensar lo contrario sería concederle honorabilidad a los capitalistas; sería lo mismo que pedirle racionalidad a la bestia cuando va detrás de su presa.
Los motivos de las revelaciones también tienen que ver con esto. No están fundadas en la intención de limpiar el negocio de deshonestos capitalistas, sino que se debe enmarcar en la lucha intermonopolista mundial en la que hoy le tocó perder parte del millonario negocio al HSBC, como en años anteriores le tocó al Citibank o el Wells Fargo. Además, se trata de capitales provenientes del narcotráfico mexicano el cual está íntimamente ligado a las multinacionales de origen estadounidenses tanto en este negocio como en el del tráfico de armas.
Así como el capital no tiene patria, tampoco se le pide “certificado de origen”; son capitales y punto. Y por lo tanto, deben pasar a engrosar las arcas del capital financiero internacional sin más explicaciones. Son leyes objeticvas del capitalismo que se guía solamente por el afán de lucro y caunto más rápido, mejor.

martes, 17 de julio de 2012

Un Estado en estado deplorable

El conflicto de la policía de Santa Cruz que ya lleva dos semanas en que la tropa está totalmente insubordinada al poder político, es una prueba más de la descomposición del capitalismo que ha llegado a niveles nunca antes visto.
La policía, al igual que todas las fuerzas de seguridad, el ejército, y las instituciones estatales, se fueron desarrollando históricamente para disciplinar a las masas que intentaran torcer el brazo a la clase minoritaria que se enriquece y vive a costa del trabajo y la explotación de las grandes mayorías populares.
Es por eso que el Estado, surge desde mucho antes que existiera la burguesía. Nace como necesidad de la clase propietaria para proteger su injusta organización social, basada en la propiedad y tenencia de todos los medios de producción que requiere la humanidad para poder vivir.
El Estado de las minorías, se basa en el poder del dinero, la corrupción, la compra de voluntades y la traición. Es un instrumento de fuerza que ejerce la violencia sobre la mayoría de las personas que constituyen la sociedad y que son las que producen toda la riqueza existente.
De otra forma sería absurdo pensar que una minoría absoluta de la organización social pudiera mantener y profundizar sus privilegios haciendo que toda la masa mayoritaria trabaje para ella y sus vicios.
En consecuencia, el Estado de nuestro país, el Estado burgués monopolista, no cumple otra función que la de ejercer la violencia absoluta sobre el pueblo en todos los planos posibles: el político, el económico, el social, el ideológico, etc.
Pero, ¿qué pasa cuando la misma fuerza de represión, en este caso la policía, se insubordina y hace suyos los reclamos que, desde tiempo atrás, vienen levantando millones de personas de las clases desposeídas (nos referimos a los obreros, los trabajadores en general, los desocupados, los jubilados, estudiantes y pueblo todo)? Pero, además, adoptan formas de organización que el propio movimiento de masa ha generado en sus justas luchas y constituyen los embriones de una nueva organización que repudia a la institucionalidad del sistema y sienta las bases de la destrucción de la vieja sociedad moribunda cual es la AUTOCONVOCATORIA.
Los mismos individuos de los que se vale la burguesía monopolista para reprimir a los obreros y pueblo que toman una fábrica, cortan una calle, realizan una manifestación en contra del agravamiento de sus condiciones de vida, por aumento de salarios, por la inseguridad y la desprotección ante el crimen y la violencia social generada desde el propio poder estatal y la clase dominante, son los que ahora toman dependencias policiales, se autoacuartelan, rechazan aumento de sueldo de 34% por considerarlo insuficiente, reclaman un básico de $ 9.000 porque con menos es imposible vivir.
Se insubordinan y luchan contra el propio Estado que los parió, y reivindican su condición humana de la que se “olvidan” cuando reprimen a hombres, mujeres (viejos y jóvenes) que luchan también por su dignidad humana.
Ante esta situación, el gobierno de Santa Cruz pide al gobierno nacional que le mande la fuerza represiva federal (gendarmería, prefectura, policía federal u ejército), para controlar la situación de inseguridad que vive la provincia. Cabe preguntar, ¿inseguridad de quién? Porque el pueblo no se siente inseguro, más bien el problema lo vive la burguesía a quien le falta su organismo represivo y no tiene respaldo armado frente a posibles desbordes populares, y ante el conflicto que enfrenta con su policía.
Veremos cómo responde el gobierno nacional ante ese pedido, luego de los dichos de la presidenta Cristina Kirchner, en ocasión de la muerte de los gendarmes por el accidente automotor en la ruta 3, cuando afirmó que “nunca más iba a mandar la gendarmería y que las provincias deberán arreglar sus conflictos sin la ayuda de la fuerza nacional”, siendo que este conflicto se desarrolla en la provincia en la que la mandataria tiene su hogar y el asiento de sus negocios especulativos.
El nivel de descomposición que presenta el poder burgués tiene la contrapartida de la fortificación de su oponente, los trabajadores y pueblo en general. Este conflicto contribuye a la profundización de la crisis burguesa generada por el abajo que se mueve y lo hace temblar.
Hoy más que nunca deben fortalecerse la unidad y la organización que requerimos para desarrollar el camino de liberación hacia la construcción de una nueva sociedad que sepulte a la actual sumida en su punto de putrefacción más profundo.

Puerto de Mar del Plata: 100 días de paro

Resultado de la lucha salarial y por mejores condiciones de trabajo de las distintas actividades de la industria de la pesca es el largo conflicto que mantienen los trabajadores del puerto de Mar del Plata que se encuentra paralizado en su totalidad hace ya 100 días.
La decisión de más de 500 marineros de altura que, en asamblea a puertas cerradas y con libreta en mano, decidieron continuar con el paro, del cual hoy se cumplen 64 días, rechazando de esta forma, la indignante propuesta del 22% de aumento, desdoblado en dos etapas.
Por estas mismas razones hoy se suman al conflicto, en paro nacional, los capitanes de altura, los empleados de la administración de puertos, estos últimos por pago del aguinaldo en cuotas por parte de la gobernación de la provincia de Buenos Aires y el reclamo de los fileteros que cortaron la autopista ruta 2 en reclamo de asistencia a las 6000 familias que se encuentran en extrema precariedad.
La alta disposición de lucha de los trabajadores de esta actividad tiene base en la miseria capitalista donde reina el descontrol, la corrupción, las mafias de los subsidios, el manoseo y negreo sistemático de los trabajadores.
“La industria está en crisis” dice la burguesía, exigiendo mano dura y subsidios para una industria que hace sus planes en función del mercado externo, dando la espalda a las necesidades proteicas de 40.000.000 de argentinos de los cuales, más de la mitad, no han visto en su vida un pescado de mar.
Mientra tanto los únicos que están en crisis son lo trabajadores con salarios miserables que no alcanzan para sobrevivir.
Este contexto de luchas hace prever, como en tantos puntos del país, la profundización del enfrentamiento clasista y así también lo ven la burguesía y su gobierno “nacional y popular” que envió a la zona en conflicto a 800 miembros de prefectura en forma preventiva.
En este nuevo escenario de la lucha de clases es donde los revolucionarios debemos desarrollar sin pausa las políticas de unidad y organización de la clase y todo el pueblo.

La inseguridad: Violento es el sistema

La Ministra de Seguridad, Nilda Garré, asegura que los homicidios en Argentina “están muy por debajo de otros países latinoamericanos”; y con dicha afirmación pretende, o intenta justificar, desde un terreno absolutamente formal y banal, que aquí la cuestión se está tomando firmemente; no se sabe desde qué medidas (por supuesto represivas) con mejores resultados que en el resto de los países latinoamericanos.
Pero, saliéndonos de lo formal, y por fuera de todas estas estadísticas, es que nuestro país, al igual que el resto de los países latinoamericanos, son capitalistas donde el hombre no cuenta y la resultante es la decadencia cada vez mayor, porque la concepción del mundo que tienen es la ganancia por sobre todas las cosas a costa del trabajo ajeno, y toda la sociedad pivotea en ésta, su verdadera esencia. La explotación, hambre y miseria de las mayorías se constituyen en la causa y efecto de la ganancia. Y esto, naturalmente, cada vez es más agudo, empujando a millones de seres humanos a condiciones miserables e infrahumanas de existencia, que no es lo mismo que la vida. De ahí que para millones, “la vida” esté carente de todo valor. La marginalidad y el atraso no tienen vida, y por lo tanto no tienen por qué valorar ni la propia ni la ajena. Por eso afirmamos siempre que VIOLENTO ES EL SISTEMA.
Y lo peor y más grave es que en los marcos de esta sociedad decadente y putrefacta esto se va a seguir agravando, sin retorno. Lo cual presenta (amén de la mentira) una contradicción antagónica e insalvable: pretender que el sistema que colocó a los pueblos en estas condiciones vaya a solucionarlo dentro de los marcos de este mismo sistema, es categóricamente imposible.
No es tan complejo entender esto, aunque ellos lo presenten así, pretendiendo, el enemigo, seguir vendiéndonos espejitos de colores. Todo queda reducido a tomar mayores medidas del orden militar y policial, que por otro lado terminan como el hurón que cuando se les muere la hembra se aparean con las ratas; y termina así siendo el delito un negocio de las fuerzas represivas.
La única solución para este flagelo, como tantos otros del capitalismo, está en la salida revolucionaria, donde el epicentro de la nueva sociedad sea el hombre y no la ganancia. En el mientras tanto, ¿Qué hacemos?. Los problemas de la inseguridad los tiene que tomar el pueblo movilizado y organizado, en sus manos. Es la única manera de ponerle un freno paliativo. Pero lo más importante es que en dicho ejercicio movilizador y organizador de la autodefensa de masas, vamos ejercitando, haciendo experiencia y ganando en conciencia que no necesitamos del capitalismo para resolver nuestros problemas.
La burguesía es quien instaló la droga, la introdujo, la comercializa y también la “combate”. Hacen el negocio, y al mismo tiempo la utilizan como un mecanismo más para quemar fuerzas productivas. Los tan cobardes, a la marginalidad la denominan, a nivel mundial, con la categoría económica de “población sobrante”. Les encantaría inventar una III Guerra Mundial, y mandar así, de un plumazo, a la muerte a millones y millones de seres humanos, como lo hicieron en la I y II Guerra Mundial (al fin y al cabo son los mismos capitales de origen y más concentrados) e intentar tomar un respiro en sus crisis. Pero la debilidad política que tienen es tan grande que de intentarlo se le sublevaría la población mundial. Y entonces no pueden, y se les van acumulando masas y masas de marginales sumidos en el atraso total.
Este sistema no nos puede dar ningún tipo de salida, muy por el contrario. Este sistema es inseguro, y por lo tanto se va a profundizar más y más.
Estas, Sra. Ministra Garré, son nuestras estadísticas que tratan de esbozar, tan sólo como una insinuación, los problemas de inseguridad que padecemos, y que no son un problema policial.

La irrupción de la clase obrera frente a la explotación y la indignidad

Todos sabemos que el 21 de marzo comienza el otoño, que el 21 de junio el invierno, que el 21 septiembre la primavera y que el 21 de diciembre el verano.
Así están establecidas las cuatro estaciones y todos sabemos sus diferencias y sus características.
Pero en la vida es más difícil precisar cuándo termina una y comienza la otra, porque los signos de la desaparición de la vieja estación son contemporáneos con los signos de la nueva. Y más complejo aún si observamos cómo se interrelacionan entre sí.
Los viejos conocedores del campo nos hablan de la importancia de las últimas heladas,
las heladas tardías, para que la naturaleza explote en primavera.
Todos vemos cómo aparecen los brotes que luego serán ramas pobladas de hojas y más tarde flores y frutos. Esos pequeños brotes contienen en su seno toda la potencia transformadora.
La sociedad y su transformación también se mueven al ritmo de la naturaleza. También tiene sus leyes, las leyes de la materia. Que estamos viviendo una época de cambios no es secreto para nadie, no es un invento de los mayas y su calendario.
Pero es fundamental definir qué época es la que estamos viviendo porque el riesgo es entrar al verano tejiendo pulóveres de lana, o más peligroso aún, entrar al invierno con remera y ojotas.
Hay dos elementos claves para evaluar el momento político: la situación de la clase dominante y la situación de la clase dominada.
La dominación de los monopolios está en crisis. Ellos no pueden avanzar con el engaño, con las promesas de un futuro mejor, son incapaces de resolver las más mínimas exigencias de vida. La anarquía, que es producto de su afán de más y más ganancias, provoca una desestabilización permanente. Sobran los ejemplos desde la tragedia de Once hasta el desastre de la megaminería. Todos somos testigos y víctimas.
Su impudicia y su avaricia ya no se toleran, ni aquí ni en ningún lugar del mundo.
Tampoco pueden recurrir a la violencia cuando son millones los que están en las calles, desde Tinogasta en Catamarca hasta Grecia.
Su poder está asentado en pies de barro y es ahí, en sus pies, bien abajo, donde está instalada su descomposición.
La concentración los enfrenta y nadie quiere ser el pato de la boda, sus guerras son abiertas y sus disputas están a la orden del día, al punto tal que mutuamente se acusan de monopolios. Es tal el tembladeral, que la crisis en un lugar se lleva puesto lo que habían edificado en otro, como en el juego de la oca, avanzan un casillero y retroceden dos.
Por su parte la situación de masas no deja de agravar sus pujas, profundizando la lucha inter-monopólica.
En un estado insurreccional que se generaliza y se extiende por todo el mundo, con manifestaciones masivas y contundentes, irrumpe la acción de los trabajadores.
Hay fenómenos que aún no conocemos, que aún no se manifiestan en toda su magnitud, pero ya existen: la organización independiente, la organización de base del movimiento obrero a nivel mundial.
Nuestro país está a la cabeza de este desenvolvimiento y no es un dato menor. Aquí sí se manifiesta, aquí ya ha asomado y la importancia que esto tiene para los trabajadores de todo el mundo es algo que debemos destacar y asimilar: estamos jugando un partido en muchas canchas, y cada ataque amenaza a varias defensas. La rebelión a la superexplotación y a la indignidad recorre las fábricas, los centros laborales, no puede ser contenida ni por las corruptas dirigencias sindicales ni por los gobiernos de turno más allá de disfrazarse de nacionales, populares, americanistas, o de lo que sea.
Nada podrá ya detener lo que los pueblos del mundo tomaron en sus manos: la lucha y la construcción de un futuro con una vida digna.

CUANDO TIEMBLA LA BASE, SE MUEVE TODA LA ESTANTERÍA

La fractura de la CGT, es solo una muestra más de la tremenda crisis política en la que esta empantanada la oligarquía financiera en nuestro país, producto de los altos niveles de conflictividad. Y por más que pretendan enmascarar la enorme presión que tienen las cúpulas sindicales por los trabajadores, la lucha de clases sigue profundizando las grietas de un sistema capitalista, que tanto en el plano económico, como en el plano político, refleja su estado de putrefacción.
Cada vez son más los empresarios que expresan su preocupación por la fractura de la CGT, y que se van acoplando a los dichos del presidente de la UIA, De Mendiguren, el cual hizo un llamamiento a un “movimiento obrero unificado”, aduciendo a que en todo el mundo se está apuntando al diálogo tripartito, refiriéndose a empresarios, sindicatos y gobierno. Al igual que éste, otros empresarios también hicieron mención al respecto, ya que a las claras se ve como siguen desgarrándose las instituciones del Estado de los monopolios, como ser en este caso los sindicatos.
Desde ya que nada van a mencionar de la verdadera razón que les preocupa a los empresarios y al gobierno, porque por más que Cristina Kirchner anuncie que “se está avanzando hacia un modelo sindical con varias centrales de trabajadores”,  la única realidad es que las llamadas centrales obreras y los sindicatos, no solo están perdiendo fuerza por falta de representatividad y des credibilidad, si no que comienzan a tomar vigor las organizaciones de bases de trabajadores que nacen al calor de la lucha tanto por reivindicaciones económicas como políticas, y fundamentalmente por un profundo cuestionamiento a las mafias sindicales y todo su aparato.
Ésa es la verdadera preocupación que tienen empresarios y gobierno, la cual los pone a la defensiva. La CGT  se fractura, la CTA se fractura y los sindicatos están cada vez más desprestigiados por su accionar contra los intereses reales de los trabajadores y serviles a la burguesía. Porque cuando la base tiembla se les mueve toda la estantería.
Decíamos anteriormente que ésta es una muestra más de la crisis política en la que la burguesía está hundida, producto de la lucha de clases, lo cual significa directamente, que se acentúan las condiciones para la unidad del movimiento obrero real, parido desde las entrañas mismas de la clase obrera.  Es decir que de esta manera, se mejoran las condiciones para que surja una nueva y verdadera alternativa de clase, a partir de la unidad de la clase obrera por abajo, para terminar con las superestructuras burocráticas que todo tranzan por arriba.

La clase obrera va al paraíso


Mientras nuestra acaudalada presidente K. inaugura Tecnópolis haciendo alarde de una muestra que superará la del año pasado, el discurso proselitista del dirigente de la CGT Hugo Moyano, amén de la disparatada expresión del otro bandolero Lescano, supuesto jefe “intelectual de los gordos” amenazando con la recuperación del edificio de la CGT, en ese marco decrépito el sistema capitalista que cobija a todos ellos no puede resolver ni lo más mínimos problemas de una sociedad que  aspira a una nueva vida.
Si vamos por la educación, miles y miles de estudiantes secundarios autoconvocados reclaman en las calles por sus intereses, los medios callan o peor aún confunden los objetivos de la lucha; en el mismo plano, miles y miles de docentes nacionalmente están en pie de guerra, el salario, el no pago de aguinaldo, condiciones de trabajo es los que los mueve. Las estructuras edilicias decadentes, las cuotas inalcanzables de los colegios privados y, lo fundamental, un plan estratégico de educación basado en los intereses que los monopolios exigen, amplía el marco de la lucha a toda la comunidad educativa incluido los padres.
En la salud, además de un sistema colapsado, de medicamentos caros, faltantes e inadecuados para tratamientos, sobre todo los de las enfermedades terminales,  como respuesta en varios puntos del país los trabajadores de la salud en todos los niveles están movilizados  por sus reclamos. Faltan enfermeros, faltan médicos y los que hay son sobreexigidos. La lucha no cederá porque las condiciones se siguen agravando. Los salarios son miserables.
La vivienda es un problema crónico para la gran mayoría de los compatriotas. El que no la tiene sufre el calvario del alquiler y lo que ello conlleva. Un sueldo completo de la familia va al canasto de la basura todos los meses. Los créditos que casi no existen son tramposos de la A a la Z. Los que tienen casa propia viven el acoso del Estado de los monopolios con impuestos que en algunos casos tienen el peso de un alquiler. Crece la mora en las cuotas. No hay planes de vivienda, solo se proponen planes de negocios.
La inseguridad está llegando a límites insospechados. La burguesía monopolista  intentó meter el tema por la ventana para atemorizar al pueblo, hizo su campaña para meter a las instituciones represivas en las calles para acallar la lucha popular con el argumento de la inseguridad. Le salió el tiro por la culata, nuestro pueblo, a cada hecho de inseguridad, responde con la movilización, se autoconvoca y comienza a acostumbrarse a tomar la seguridad en sus propias manos. Miles y miles de vecinos en todos lados se van organizando contra las bandas de chorros que incluyen fuerzas de seguridad.
Medio ambiente y su relación con el Hombre La anarquía del capitalismo a nivel mundial está dada por su carácter competitivo basado en la explotación de la clase obrera y la opresión de los pueblos. En esa lucha desenfrenada por la ganancia, a los monopolios y sus gobiernos nada les importa. La depredación del Hombre va acompañada de la depredación de la naturaleza. Decenas de miles de pobladores en todas las latitudes de nuestro territorio también están en pie de guerra contra los verdaderos responsables del dolor.
Este es el sistema capitalista que alardearon ayer tres popes de la política de la burguesía.
Frente a este panorama oscuro que se ofrece desde la institucionalidad burguesa, es decir, más electoralismo, el descontento social crece y comienzan a pesar los contundentes golpes que la clase obrera  está ejerciendo. En nuestra página hemos hecho un permanente seguimiento de este proceso que va creciendo y que mueve la estantería del poder, lo confunde, lo hace vacilar, lo inunda de crisis. Es en este camino que la experiencia acumulada ha dado, en donde la clase obrera y el pueblo en general va encontrando masivamente su INSTITUCIONALIDAD, la metodología autoconvocada con elevados grados de organización, profundamente democrática  que se va correspondiendo con las bases de una nueva sociedad de carácter socialista. Es desde esa perspectiva que nuestro Partido plantea que la revolución está en marcha, que hay que profundizar en esos caminos entrelazando la lucha con las ideas revolucionarias.

El ajuste del gobierno de los monopolios choca frente a la movilización popular

Una vez más (y van…) mientras la burguesía saca sus trapitos al sol que dejan al desnudo sus miserables disputas por los negocios, diversos sectores del pueblo hacen escuchar sus reclamos en las calles, el único idioma que entienden TODOS estos personajes, preocupados únicamente por sus “carreras políticas”.
El discurso presidencial del día de ayer así lo demuestra y ratifica en esencia que el ajuste es lo único que tienen para “proponernos” (cumpliendo con los monopolios), mientras las amplias mayorías vemos cómo cada día se gravan nuestras condiciones de vida. Por eso, las luchas crecen y seguirán creciendo dado que la decisión de la burguesía monopolista es que su crisis la paguemos nosotros, los trabajadores y el pueblo.
En el día de ayer, los docentes bonaerenses bloquearon durante más de dos horas el tránsito en el Puente Pueyrredón, repudiando el fraccionamiento del pago del medio aguinaldo por parte del gobierno. También hubo cortes en el Puente Saavedra, en la General Paz y Ruta 3, el Acceso Oeste a la altura del Hospital Posadas, y en la General Paz y Avenida San Martín.
Por otro lado, trabajadores estatales bonaerenses, judiciales y profesionales de la salud, llevaron adelante varios cortes en la ciudad de La Plata y alrededores. El bloqueo en la autopista Buenos Aires-La Plata, en cercanías de la localidad de Ensenada, se sumó al corte en el camino General Belgrano y en el Centenario, en proximidades del hospital “San Roque”, de la localidad de Gonnet; y en la avenida 44 e intersección con la autovía Ruta 2. También fueron bloqueados los accesos a la refinería de YPF en la rotonda de 128 y 60; y en las inmediaciones de los hospitales “San Juan de Dios” y “Noel Sbarra”.
En tanto, estudiantes de escuelas técnicas de la Ciudad de Buenos Aires, junto a los docentes que realizaron paro, se movilizaron desde el ministerio de Educación nacional hasta el de la Ciudad, para reclamar por: la suspensión integral de la reforma curricular en curso, la apertura de espacios de verdadera participación democrática, con representantes de la comunidad educativa, y la necesidad de avanzar en forma simultánea en la adecuación curricular en todas las especialidades y escuelas para la validez nacional de los títulos.
Por su parte, el Colegio Nacional Buenos Aires fue tomado por los alumnos en reclamo de un bar institucional y en contra del sistema de concesión actual. La medida se prolongaría hasta el viernes. Esta toma se sumó a la del Carlos Pellegrini que ayer a la mañana continuaba tomado por los alumnos que reclaman también un bar institucional y una fotocopiadora. Ambos colegios dependen de la UBA.
En Retiro habitantes de la Villa 31 bloquearon los accesos a la terminal de micros de Retiro en reclamo del traspaso de tierras a los habitantes.
En la última semana, también hubo medidas de fuerza de los controladores aéreos, por mejores condiciones de trabajo y denuncias de colapso del Aeroparque, quedando prácticamente el tráfico aéreo paralizado. Al reclamo salarial se le suma la denuncia de que “estamos en una situación crítica: se pueden poner dos aviones de punta y tenés un TBA del aire”, señalan.
De una manera o de otra, todos estos reclamos golpean los planes y el manoseo al que nos somete el gobierno monopolista, que nos tiene hartos. Siempre es lo mismo: la plata está para los negocios y los subsidios de las empresas, para la mugre política, pero nunca para atender los trabajadores y las urgentes necesidades del pueblo.
Y la creciente conflictividad se los está haciendo saber.

miércoles, 11 de julio de 2012

España: la “Marcha Negra” minera llegó a Madrid

Este martes por la noche decenas de miles de personas recibieron a los mineros de las cuencas de Asturias, León, Palencia y Aragón que comenzaron su caminata el 22 de junio, en el marco de una huelga indefinida por la defensa de los puestos de trabajo y contra la represión de las fuerzas del gobierno.
Durante la caminata, el pueblo español ha salido a las calles en cada pueblo por el que pasaban los mineros, con muestras de solidaridad de todo tipo y con una consigna que crece: La lucha minera es la lucha de todos.
La llegada de anoche a Madrid fue la ratificación de esta consigna; los trabajadores de la sanidad, de la educación, los afectados por las hipotecas impagables que están perdiendo sus casas todos los días, jubilados han acompañado a los mineros en su entrada a la capital española con una consigna clara: “Madrid obrero saluda a los mineros”.
Hoy miércoles, a las 11 de la mañana, mientras el presidente Rajoy anuncia nuevos recortes e impuestos que afectan a los sectores populares, la marcha minera enfilará hacia el Ministerio de Industrias para ratificar que la lucha sigue y que la soberbia demostrada por el gobierno ha aumentado aun más la decisión de combate de los trabajadores de la mina.
Y, fundamentalmente, para mostrar en las calles la unidad entre las reivindicaciones mineras y las del resto del conjunto de los trabajadores y pueblo español, unidad que viene creciendo y aumenta la capacidad de enfrentamiento contra las medidas que intentan hacer pagar la crisis capitalista a los de abajo.
Y también será la ratificación de que las burguesías en el mundo van en una dirección en la que, inevitablemente, encuentran la decisión y la firmeza de las luchas de los pueblos. Este proceso está abierto en el mundo y apunta a seguir consolidándose, lo que abre épocas de agitación social y política donde el tema de la revolución gana cada día más terreno para las masas desposeídas.
El grito de los mineros españoles, “Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra” es un grito de lucha que abarca todo el planeta y los pueblos, cada día que pasa, lo hacen efectivo.