El
domingo 27 de octubre, nuevamente la oligarquía financiera, intentará
una vez más legitimar el sistema capitalista a través de la democracia
burguesa. Con estas elecciones legislativas, otra vez intentarán
esconder el verdadero rol del estado capitalista, que es el de la
opresión de una clase hacia la otra, es decir de la clase monopolista,
sobre la clase obrera y el pueblo.
Desde el aspecto político, el principal
sustento formal de la democracia burguesa, es el aval obtenido por los
votos a través de las urnas, para la elección de los candidatos, que de
derecha a izquierda, ocuparán las bancas del parlamento. Es por eso que la
burguesía intenta por todos los medios, garantizar que la mayoría de la
población vote y que no le dé la espalda a estas elecciones
legislativas. Ya que en medio de la profunda crisis política y de
gobernabilidad que tienen, frente a la permanente movilización de la
clase obrera y el pueblo y al enfrentamiento que de allí surge, en la
lucha por sus reivindicaciones económicas y políticas, que golpea y
deslegitima a las cuestionadas instituciones del estado capitalista y
enfrenta a sus planes políticos, la burguesía unifica una sola consigna: recuperar la legitimidad y representatividad de las instituciones del Estado burgués. La democracia burguesa es la mejor forma de engaño y ocultamiento de las irreconciliables contradicciones de clases,
que encontró la clase dominante, en la historia del capitalismo como
sistema político, basada en una democracia INDIRECTA, donde la población
vota a los candidatos que los representará, a lo largo del tiempo de
sus mandatos. ¿Pero en que marco político se da hoy la democracia
burguesa? En la Argentina de hoy como en el resto del mundo, el enorme
grado de concentración monopólica ha puesto en su fase final al
capitalismo, en capitalismo monopolista de estado. Donde los
monopolios, no sólo han cooptado al Estado incorporando a sus gerentes u
hombres afines en la función pública, para dirigir sus políticas, sino
que las empresas monopólicas comienzan a ser Estados en sí mismos, donde en los despachos de las gerencias, se deciden las política económicas,
como así también se dictaminan las leyes y se dirige la justicia. Por
lo tanto el papel del estado capitalista, ha ido profundizando su
esencia de opresión de clase, relegando cada vez más, el interés sobre
la salud y la educación de la población trabajadora; provocando
políticas inflacionarias para achicar los salarios; aprobando leyes de
extracción de los recursos naturales para agigantar sus negocios y sus
bolsillos a cualquier costo sin importar la destrucción del medio
ambiente; etc., etc., etc. Es así como frente a esta nueva vuelta de
tuerca de desarrollo del capitalismo, la clase obrera y el
pueblo fue desarrollando en la lucha formas de organización
autoconvocadas por fuera de las instituciones de un Estado que
abiertamente no representa sus intereses. De esta manera es
como día a día, se profundiza el ejercicio de la DEMOCRACIA DIRECTA,
donde la toma de decisiones se dan a través de asambleas al calor de la
lucha, sin depender de la tutela o representatividad, ni de las
instituciones del estado, como tampoco de los representantes del
parlamento, del gobierno, de la justicia, de los sindicatos, de la
policía, etc., etc., etc. En esta misma línea, la burguesía, no solo le
da libre participación a los partidos de izquierda en las elecciones,
sino que también les ceden espacios publicitarios masivos, o de opinión
política, con el objetivo de combatir el germen revolucionario que la
clase obrera y el pueblo va reproduciendo cada día en la lucha a través
de la democracia directa y la organización autoconvocada que desobedece y
cuestiona los mandatos de las instituciones del estado burgués. Es por
eso que desde nuestro partido, una vez más reafirmamos nuestra
convencida posición de no participar de este nuevo circo electoral
llamando a no votar en las urnas y VOTAR A LA LUCHA.
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