La
titular de la secretaría de delitos complejos del gobierno de la
provincia de Santa Fe, Ana Viglione, quien es policía y abogada, sufrió
un robo en su domicilio.
La
nota destacada fue que los delincuentes sustrajeron una computadora,
una Tablet, un T.V. y la cámara de seguridad, más el sistema de archivo
de la misma. No fue despojada de joyas, alhajas, dinero en efectivo (que
la misma funcionaria se encargó de aclarar que había en el interior de
la vivienda) y otros objetos de valor que acostumbran buscar los
ladrones.
Es
evidente que se trató de un hecho en donde, además de ejercer
intimidación, el botín eran los archivos de información con los que
pudiera contar la funcionaria.
La
versión oficial intenta, por enésima vez, presentar el hecho como la
acción de policías malos contra policías y gobierno buenos.
Pero
a todas luces, no es más que una lucha entre bandas de delincuentes que
están enfrentados por los grandes y suculentos negocios que se disputan
entre sí. Esta vez, la secretaria mencionada bebió de su propia
medicina.
Recordemos
que el ex jefe de la policía y altos mandos a quienes el gobierno
siempre había respaldado y renombrado como buenos policías están
procesados por narcotráfico y delitos varios. Hace unas semanas la casa
del gobernador de Santa Fe fue tiroteada con balas de grueso calibre. En
esta misma semana se produjeron nuevas “fugas” de la alcaidía de
Rosario, y van…
Los
mismos hechos se reproducen a lo largo y ancho del país. También en
esta semana hubo fuga de presos en una cárcel de General Roca, Río
Negro.
Las
denuncias de la población sobre hechos en los que indudablemente
participan policías de civil simulando ser ladrones comunes, se
multiplican cada vez más. Como todos sabemos, no sólo la policía es una
institución organizada para el delito contra la población sino también
las otras fuerzas de seguridad. Todas, están bajo el cobijo del gobierno
y del aparato de justicia ya sean éstos provinciales o nacional. Detrás
de escena y bien cubiertos tras sacos, corbatas y vestidos elegantes
con adorno de joyas abundantes, y guarecidos en el interior de los
bancos, grandes empresas y respetables enormes comercios, están los
popes de los grandes monopolios quienes manejan los millones de dólares
de la droga, la trata de personas, la falsificación, el contrabando, los
robos, etc.
La
descomposición del Estado al servicio de los monopolios producto del
acorralamiento al que lo somete la lucha de clases más la urgencia de
los negocios que ven peligrar, multiplica las contradicciones entre los
diversos delincuentes que usurpan los bienes en forma legal e
impunemente, y cuando las leyes no les sirven, lo hacen en forma
“ilegal” aunque también en forma impune.
La
“solución” que propone el Estado es aumentar la cantidad de policías e
infraestructura que utiliza la misma (patrulleros, cámaras de video,
armamento, sistemas de comunicación, etc.). En una palabra: ¡llenar de
delincuentes las calles con mejores autos y armamento!
El
problema de la seguridad para el pueblo sólo lo resolverá el pueblo
luchando y organizándose para combatir en mejor forma contra la
burguesía monopolista y su aparato estatal. La raíz del problema de la
seguridad es la misma que los problemas de carestía de la vida, abuso
institucional contra la población, explotación laboral, falta de salud,
educación, vivienda, condena a una vida indigna para las mayorías
laboriosas, etc.
La
lucha de clases es integral y no sólo comprende los aspectos
económicos. Este sistema está corrupto por donde se lo mire y su estado
de descomposición ya no admite ni siquiera un lavado de cara. El pus
sale por todos los poros y por eso mismo hay que atacar la infección de
raíz. Aunque aparente ser lo más difícil, en realidad es lo único
efectivo. Todo lo demás empeorará el problema. Sería igual a pretender
curar el cáncer con una aspirina cuando en realidad se debe extirpar el
tumor.
La
lucha por la seguridad de la población es, en consecuencia, una lucha
política en donde la clase obrera y el pueblo deben enfrentarse contra
la burguesía monopolista, su gobierno y todas las instituciones del
poder burgués, tal como lo hace en procura de las demás
reivindicaciones.
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