miércoles, 10 de abril de 2013

Sobre Malvinas


La guerra de Malvinas nunca fue una guerra de recuperación de la “soberanía”. Los soldados del pueblo que fueron a combatir a Malvinas y la gran mayoría de nuestro pueblo que, en realidad querían la liberación de las islas, tuvieron que enfrentarse a la armada inglesa y a las fuerzas armadas argentinas. El problema, no fue técnico. No radicó en la carencia de armamento adecuado o falta de preparación militar de las tropas argentinas, o de vituallas. Es cierto que todo ello faltó y no fue proporcionado a los combatientes. Pero existen muchos ejemplos de pueblos aguerridos y decididos a conquistar su soberanía y libertad que se han enfrentado con éxito a ejércitos poderosísimos y mejor armados y pertrechados que tuvieron que huir en la forma más vergonzosa.
La verdadera razón por la cual murieron, fueron heridos o sufrieron otros tipos de daños físicos y mentales gran cantidad de soldados argentinos, fue que en realidad la decisión de ocupar Malvinas por parte de la junta militar fue tomada para intentar desviar la lucha de clases que arreciaba en nuestro país y que debilitaba crecientemente al gobierno más sanguinario que nuestro pueblo había soportado en la historia. Nuestro pueblo no había escarmentado y no estaba dispuesto a escarmentar. Y con sus luchas arrinconó a la dictadura militar.
En esa situación política a la defensiva, la junta militar tomó la decisión política desesperada de ocupar las islas y no calculó la dimensión de la reacción de quienes se sentían dueños de ellas y de los destinos de la mayoría de los negocios y capitales que regían la vida social de nuestro país. La oligarquía financiera internacional.
Ningún gobierno burgués monopolista tenga la forma de dictadura militar como en su momento fue el de Galtieri o el actual de Cristina Kirchner con forma de “democracia burguesa” o verdadera dictadura de los monopolios, como en realidad es, u otro gobierno burgués de turno con otra mascarada que use para intentar confundir, podrá llevar adelante una política de recuperación de la soberanía, porque son gobiernos que se someten al imperialismo, son gobiernos que sirven al imperialismo, son gobiernos de carácter imperialista. Mientras haya monopolios que decidan sobre las vidas y bienes de los argentinos no habrá soberanía ni en nuestro territorio continental ni en las islas Malvinas.
La única posibilidad de lograr la soberanía está en las manos del propio pueblo trabajador con sus luchas, con su movilización, conquistando la dignidad de su vida transitando el camino hacia la destrucción del Estado al servicio de los monopolios y, sobre sus ruinas, construir el Estado revolucionario.
La soberanía del pueblo radica en la capacidad de poder decidir su propia vida y construir su futuro siendo dueño efectivo, en forma social, de todo lo existente en los territorios de nuestro país.

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